Miércoles 10 de Abril de 2013
Las inundaciones reactualizaron la discusión sobre la regulación de la contrucción. Preocupación en el interior.
La terrible inundación que sufrió La Plata y que se cobró más de 50 vidas y el pedido del gobernador Daniel Scioli para que los municipios revisen sus códigos urbanos, pone en debate nuevamente la necesidad de que se avance en una planificación ordenada de las ciudades. No solamente
La Plata, sino también Bahía Blanca, Mar del Plata, Tandil y otras ciudades del interior, atraviesan problemas de infraestructura ante el aumento en el número de habitantes y en las construcciones que se dio tras la crisis de 2001.
Si bien en la capital provincial la discusión llevó varios años con recursos de organizaciones ambientales ante la Suprema Corte para que no se aplique el nuevo código, tanto la Justicia como el Gobierno bonaerense avalaron los cambios que generaron fuertes polémicas. Es que la ciudad, reconocida por su trazado, sus diagonales, sus plazas estratégicamente ubicadas cada seis cuadras y por ser parte de un proyecto urbanístico sin precedentes, fue centro de debate en 2010 a raíz del polémico Código de Ordenamiento Urbano (COU), que puso sobre la mesa el futuro ante el crecimiento poblacional.
El COU permitió la posibilidad de construir edificios más altos en la parte céntrica, además de crear nuevos corredores y rezonificar áreas de la periferia. También se generó una polémica con el visto bueno que se le dio a los clubes de Estudiantes y Gimnasia de remodelar sus estadios que se encuentran en medio del bosque, un pulmón verde de la ciudad. En este sentido, el diputado provincial de la CC-ARI, Walter Martello, dijo que hay "responsabilidades compartidas" entre el Concejo Deliberante local y el gobernador.
Por su parte, el Colegio de Arquitectos bonaerense hizo hincapié de "la ausencia de planificación urbana" y en "un dominante mercado inmobiliario", que según dijeron no fue controlado por los distintos niveles de Gobierno. Asimismo se refieren a la "carencia en los planes de contingencia" tras el temporal. En tanto, los profesionales colegiados calificaron a la problemática como "urbanización insensata", y atribuyeron las consecuencias de la inundaciones a que "desde la fundación de estas ciudades no se respetaron las leyes naturales respecto de su emplazamiento sobre cuencas hídricas inundables", así como también a los "inexistentes" desarrollos urbanos planificados.
Según explicó Luciano Scatolini, director de la Cátedra de Hábitat de la Universidad Nacional de La Plata, "la necesidad de revertir una lógica guiada por la concentración de suelo en pocas manos a través de un mercado inmobiliario absolutamente desregulado que tensiona los precios al alza, requiere de la puesta en marcha de una gama de instrumentos de gestión urbana que logren modificar esta tendencia que genera informalidad y segregación espacial".
Pedido
En tanto, y aunque Scioli dijo que instará a los a los municipios a que revisen los códigos vigentes con el fin de readaptarlos a "las nuevas exigencias derivadas de este cambio climático y del gran crecimiento urbano", lo cierto es que la mayoría de las ciudades no cuentan con esta herramienta sino con simples ordenanzas de construcción. Y eso se grafica en el avance indiscriminado de construcciones que sufrieron algunas localidades en la última década. En la provincia, en general, existen 1.660.306 más viviendas que hace diez años, de acuerdo a datos del último Censo, lo que significa un aumento del 42,3%, muy por encima de la cifra de crecimiento poblacional que fue del 13,7%. Y entre las localidades con más aumento de viviendas están Pinamar (414%), Villa Gesell (429), Torquinst (102), Tandil (52) y Mar del Plata (75).
Al respecto de Mar del Plata, donde el código vigente tiene alrededor de 30 años, desde el Colegio de Arquitectos distrito IX admiten que se encuentra "profundamente desactualizado" en torno a las necesidades del crecimiento urbano y también a los temas relacionados con el desarrollo sustentable del medioambiente, y actualmente trabajan en un plan estratégico que abarque esos temas como centrales. Sin embargo, pese a ser una discusión vigente, reconocieron que aún no existe una comisión oficial a cargo del Gobierno local, que esté tratando la actualización del código.
Además, según manifestó a DIB la tesorera del Colegio, Julia Romero, el Banco Interamericano de Desarrollo, tras una serie de estudios e informes en la ciudad balnearia, propuso la necesidad de "despermeabilizar algunas superficies que están altamente construidas, con el fin de favorecer el terreno para que ante eventuales lluvias copiosas, el suelo pueda absorber correctamente el agua de las precipitaciones, y así prevenir posibles inundaciones".
En Bahía Blanca, la posibilidad de la reescritura de un código más acorde con las necesidades urbanas actuales se encuentra en discusión desde 2008, y "tras algunos enfrentamientos de intereses, hoy transita una de las etapas finales", según manifestó a DIB el presidente del Colegio, distrito X, Raúl Luisoni. Según explicó, tras el crecimiento de la Universidad del Sur en la ciudad, y la creación de un barrio universitario, hubo una "explosión inmobiliaria", que generó la construcción de nuevos edificios, "que pusieron de manifiesto los problemas con los servicios de cloacas y agua, cuya red de cañerías data de 1905". Y resaltó que el código vigente tiene más de 20 años.
También en Bragado se rigen con un Plan Regulador de hace 34 años, a la espera que la Provincia autorice el código aprobado por el Municipio en 2010. En Tres Arroyos, por su parte, comenzaron a debatir esta semana cambios para ampliar el ejido urbano de una manera ordenada, algo que también será analizado en Luján y Alte. Brown.