Lunes 15 de Abril de 2013
El cordobés, quien se destaca por sus buenas actuaciones en los certámenes más grandes, fue elogiado por su rival y ganador del torneo estadounidense, Adam Scott: "Es un gran hombre, un caballero".
Angel Cabrera, que dejó la bola a milímetros del hoyo, observa el festejo de Adam Scott y su caddie Steve Williams.
Su cuerpo rechoncho, excepción entre jóvenes atléticos, genera alguna risa en televisión. El diario The New York Times lo llamó "campeón de los pesos pesados" y la mayoría cree que solo juega en los "majors". Pero el golfista cordobés Angel Cabrera se volvió a ganar el respeto de todos tras estar a punto de ganar su segundo Masters de Augusta.
El "Pato" casi repite el triunfo de 2009. Cuatro años antes, en un desempate a tres, resultó campeón. El domingo, cara a cara contra el australiano Adam Scott, se le escapó por pocos centímetros el putt que sí acertó su rival. "No pensaba en el playoff de 2009", dijo antes de despedirse del Augusta National y encenderse un cigarrillo en el estacionamiento.
Cabrera mandó durante la jornada, cedió el liderazgo luego a Scott y finalmente lo igualó con un birdie en el último hoyo, cuando el australiano cantaba una victoria que simplemente se demoró unos minutos más. "El golf te da y te quita", dijo. "A veces acertás esos putts, a veces no, así es el golf", dijo relajado el jugador que entiende el inglés pero que se comunica con ayuda de traductor.
El argentino, de 43 años y al que ser abuelo en noviembre de su hijo y caddie parece haberle afectado positivamente, no dudó en felicitar a Scott, con el que mantiene una buena relación. "Sabía que algún día iba a ganar (un 'major'). Era cuestión de tiempo", dijo el "Pato" sobre el joven de 32 años, que se rindió también en elogios hacia el argentino. "Es un gran hombre, un caballero", dijo de su amigo convertido en rival. Al australiano le gustó especialmente que Cabrera lo felicitara con el pulgar en alto por su segundo golpe en el último hoyo del desempate. "Hacer eso en ese punto fue muy bonito", dijo.
Cabrera se habría podido convertir en el segundo jugador más veterano en ganar el Masters, solo por detrás de Jack Nicklaus en 1986. Pero no lo hizo. El cordobés se marchó de Augusta con el cigarrillo en la boca, con mucha confianza y un buen ascenso en el ranking mundial; llegó al Masters en el puesto 269. "Ha sido mucho trabajo y mucha fe en mí mismo. Tengo mucha confianza en mí, así que voy a seguir así", dijo de cara al futuro.
Un aviso con vistas al US Open en junio, porque Cabrera, campeón en 2007, brilla especialmente en los "grandes". "Me gustan los retos. Estos torneos son muy, muy importantes para mí, así que sacan lo mejor que llevo dentro", aseguró.