DESDE EL VATICANO.- Congregados por el “Partido interreligioso por la paz”, previamente hubo una experiencia religiosa superior en el Aula Paulo VI dentro de la ciudad del Vaticano. La invitación del Papa argentino junto a la Fundación PUPI –de Javier Zanetti- tuvo el motivo de difundir “Scholas”, una entidad educativa de bien público. Impulsada por Francisco como una red mundial para construir la paz desde la educación, vinculada al deporte y así fomentar la integración social. Y Diego Maradona fue la presencia estelar para este partido a beneficio de la paz mundial.

En lo personal, también me tocó vivir una nueva emoción indescriptible. Tras abordarlo a Maradona (en los párrafos siguientes), me mezclé entre jugadores y familiares que continuaban desparramados en el auditorio para acercarme donde los fotógrafos abordaban a Santo Padre. Entablé unos movimientos estratégicos para evadir la seguridad vaticana y lograr estrechar la mano con Jorge Bergoglio. Ya encarada mi retirada, el Papa subía las escaleras y allí fue cuando me ubiqué más arriba del camino hacía donde se dirigía y agoté mi última oportunidad de saludarlo. "¡Padre Jorge!", le dije en voz alta... Fue el momento en el que me miró entre risas y la boca abierta, cómo un tío que hace un año no ve a su sobrino, cómo si me reconociera. "¡Hoooola!", me dijo y se acercó para darme la mano y un abrazo. Fue allí cuando le hablé en secreto, al oído: "Gracias por todo lo que hacés, rezo por vos", momento en el que me di por bendecido y no le provoqué más molestias a la seguridad, que ya se rindió con Francisco y sabe que mientras él pueda, no se va a cansar demostrar cariño por la gente. Es el calor que transmite Francisco: demostrar que está cerca. Tan simple y tan profundo a la vez. Ya lo describí como "El Papa de la gente". También lo puedo definir como "El Papa cálido".

Para coronar la dicha de la cobertura periodística en un paso fugaz por Roma, lo vivido con Maradona minutos antes... “El Papa es mucho más que Maradona y ojalá haga mucho más que Maradona, porque la humanidad lo necesita. Me gusta porque tiene muchos huevos y no es ajeno”, nos describió Diego a los periodistas tras estrechar un abrazo con Su Santidad.

Mientras quedaban más estrellas del fútbol mundial junto a sus familias en fila para saludar al Papa –la audiencia superó las dos horas-, Maradona ya había hablado con la prensa y se retiraba. Fue ahí donde aceptó un breve dialogo caminando en el hall del auditorio. Una charla privilegiada, pues el contexto así lo indicaba: en el mismísimo Vaticano en una jornada histórica, junto a un Maradona emocionado luego de ver al Papa... 



Qué dice la camiseta de la Selección Argentina que le regalaste al Papa?
Dice Francisco. Le gané a todos, porque todos le regalan una con su nombre. Si viene Messi, le da una que dice Messi… Batistuta, una que dice Batistuta… Fui mejor que el resto (comenta entre risas): le regalé una que dice Francisco, porque El Papa juega con nosotros. Está en nuestro equipo.

¿Qué especial significado tuvo este encuentro con El Papa?
Me hizo sentir que es un argentino bueno. Eso me da mucho placer, ver a un argentino que está haciendo bien las cosas, en un lugar tan prestigioso como es ser la máxima autoridad del Vaticano. Después de haber tenido muchos Papas que miraban la política y no miraban a los chicos con hambre, verlo a Francisco cuando habla del hambre que hay en el mundo, me llega al corazón. Y es una realidad que no puede pasar de largo y él no la deja pasar del largo. Y por eso estoy con él.
 

¿Cómo describís el lazo de Maradona con Francisco?
(Piensa)… ¡Qué se juntaron dos potencias!

Esas palabras derivaron en las risas de quienes lo escoltaban. Y otra expresión a lo Diego: un guiño de ojos, una sonrisa cómplice y salió corriendo del Aula Paulo VI. Una gran descripción para enmarcar la situación vivida… La unión de Diego Maradona con el Papa Francisco. Y el lujo de poder ser partícipe... vivirlo para contarlo.