Sábado 13 de Abril de 2013
Unión le igualó el partido (1-1) a Independiente a diez minutos del final y le complicó aún más la existencia al equipo de Américo Gallego, que con el punto sigue hundido en los puestos de descenso. Hubo insultos contra todos en el hall del estadio. Por ahora, el "Tolo" sigue.
Independiente quedó anoche al borde de la cornisa en la tabla de los promedios, porque cuando parecía que por fin se iba a retirar victorioso, Unión de Santa Fe rescató a diez minutos del final del duelo un 1-1 que resultó definitivo.
En el Estadio Libertadores de América y por la novena fecha del Torneo Final, el juvenil delantero paraguayo Adrián Fernández, a los 40 del primer tiempo, hizo el gol que para los "Diablos Rojos" en su momento fue un paliativo y les sirvió para ganar el parcial. Y cuando daba la impresión de que el conjunto de Américo Gallego tenía la situación controlada, los "Tatengues" lograron la igualdad en el minuto 35 de la segunda parte, y eso ocurrió porque el uruguayo Brahian Aleman picó vacío y cabeceó de un modo certero.
Con este resultado, los dos elencos siguen en zona de descenso y cada vez tienen menos chances de salvarse.
El primer segmento fue entretenido, muy emocionante por lo que había en juego y por el desarrollo. Una vez que se acomodaron los protagonistas en el terreno resultó ser Unión el dominador y la tensión de los hinchas de Independiente se agudizó al ver a su equipo sofocado y desbordado en un pasaje en el que sufrió cuatro llegadas en contra con mucha fortuna.
Independiente, descompensado, apenas se las ingeniaba para llegar al arco contrario con remates desde la media distancia, pero consiguió abrir el marcador a los 40’, cuando Daniel Montenegro desbordó y tiró un centro desde la derecha que capitalizó Fernández de atropellada. En esa escena clave la pelota dio en el brazo izquierdo del guaraní antes de que disparara con eficacia, pero de ninguna manera el joven artillero intentó tomar ventaja.
El 1-0 le permitió al local salir con otro aplomo para afrontar la segunda parte y, si bien fue retrocediendo en el campo de juego en la medida que pasaban los minutos, dando lugar a algunos disparos imperfectos desde la media distancia, estaba justificando la victoria provisoria.
Tanto había sido así que Víctor Zapata estuvo a punto de marcar lo que hubiera sido el 2-0, a los 22’, con un tiro que pegó en el travesaño. A los 31’ se lo perdió Osmar Ferreyra ante Alejandro Limia, quien tapó el mano a mano.
Y cuando el numeroso público se preparaba para festejar, en un avance que parecía intrascendente, Unión alcanzó el empate, y eso sucedió cuando menos lo merecía. A partir de entonces hubo diez minutos de nuevo sufrimiento para el "Diablo", por los dos puntos vitales que se le escapaban como si tuviera los bolsillos rotos, pero el tanteador careció de remedio. Todo terminó con un reparto que no le sirvió a ninguno de los dos conjuntos, pero el dolor de Independiente fue mayúsculo. Los jugadores "Rojos" se fueron silbados, pero el clima era de muchísima tensión.