Martes 18 de Febrero de 2014
Junto a productores, el INTA desarrolló un sistema que capta más del 60% del agua de lluvia. Diseño radial, anillo concentrador, extracción lenta y constante: algunas claves de la propuesta.
En el norte santafesino, el agua para la hacienda no es un tema fácil. Se trata de uno de los principales desafíos para los productores ganaderos, acentuado con las olas de calor de los últimos meses. “No es habitual que falte agua en cantidad, el problema es que a veces carece de calidad”, dijo Mario Basán Nickisch, especialista en recursos hídricos del INTA Reconquista –Santa Fe–. Y agregó: “Por esto es importante recargar acuíferos, de manera natural o artificial”.
En este contexto, investigadores del INTA y del Instituto Nacional del Agua evalúan y ponen a prueba sistemas que capturan el agua de lluvia y la redistribuyen al corazón de los acuíferos. La propuesta es conocida: cosechar agua mediante represas y sistematización del terreno. Sin embargo, ese equipo logró una innovación para mejorar la recarga de un acuífero mediante un sistema radial, que favorece los escurrimientos y la recolección de agua de lluvia.
Con este nuevo sistema puede captarse más del 60% del agua de lluvia por escurrimiento superficial.
La idea fue de Alejandro Lahitte, investigador en la temática y miembro del Consejo Directivo del INTA, quien se dedica a la ganadería en la localidad santafesina de Tostado. Esa zona está caracterizada por tierras bajas, anegadizas y suelos sódicos. En los últimos años, pasó de tener lluvias abundantes a un período climático seco.
“La primera crisis con las aguadas fue en el 95”, señaló Lahitte y expresó: “A partir de ese momento comenzamos a investigar y desarrollar sistemas de captación, cosecha e infiltración de agua para asegurar las cantidades y calidades que el rodeo necesita”. Si bien muchos productores invirtieron en genética, pasturas y forrajes, mantuvieron aguadas de otras épocas. “Hoy el agua de calidad es el principal factor que garantiza una producción ganadera sustentable”, dijo Lahitte. La sustentabilidad de la actividad, está muy asociada a las posibilidades en la región de disponer de este importante recurso en cantidad y calidad.
Los bajos submeridionales son una extensa depresión ubicada en el centro del Chaco Santafesino. Allí, los acuíferos y las zonas más permeables se recargan gracias a la acción de las lluvias. En años con escasas precipitaciones, el nivel acumulado desciende hasta la napa, lo que genera que el agua se salinice y sea de inadecuada calidad para el ganado.