Jueves 8 de Agosto de 2013
Once personas continuaban desaparecidas anoche tras el estallido del edificio. El gasista y su ayudante fueron interrogados por la fiscal y el juez, quien tendrá 24 horas para decidir el pedido de excarcelación de los abogados. El portero los acusó de cometer "un error grave" y huir.
Grupos de rescate e ingenieros continuaban anoche con la búsqueda entre los escombros de posibles personas atrapadas en el edificio que explotó en la ciudad de Rosario, donde autoridades de Salud confirmaron ayer que al menos diez personas murieron, trece seguían internadas y otras once desaparecidas.
El ministro de Seguridad santafecino, Raúl Lamberto, confirmó que de la lista inicial de personas buscadas, dos aparecieron ayer con vida. Se trata de Omar País, de 29 años, que estaba en la casa de su hermano, y de Victoria Souto, de 30, que vivía en el edificio colapsado pero no estaba en el momento de la explosión, y avisó a las autoridades cuando vio su nombre en la lista de desaparecidos.
Anoche, la fiscal Graciela Argüelles y el juez correccional Juan Carlos Curto, quien lleva adelante un expediente por "estrago culposo", tomaron declaración al gasista Carlos García y su ayudante Pablo Miño, cuyos defensores, Hugo Bufarini y José Nanni, pidieron la excarcelación de ambos. Según informaron los letrados, el magistrado tiene ahora 24 horas para resolver la situación. Además, Bufarini indicó que García declaró que, al abandonar el edificio, fue a pedir ayuda llamando al 911 y avisando a inspectores de la empresa Litoral Gas, que encontró en su camino. Horas antes al interrogatorio, el letrado manifestó que su cliente iba a convertirse en un "chivo expiatorio" y remarcó que "no es una negligencia de una persona" y "los vecinos dicen que la semana previa hubo pérdidas de gas en ese edificio".
En manos de la Justicia se encuentran, además, los documentos secuestrados a la empresa Litoral Gas que admitió tener "todos los registros" de sus intervenciones en el edificio y reclamos de vecinos por pérdida de fluido los días 25, 26 de julio y 2 de agosto.
La actividad de los operarios se convirtió en eje de las sospechas dado que, según el portero Pedro Flores, el gasista "cometió un error grave y se fue", mientras "su ayudante disparó para otro lado porque también se asustó". Litoral Gas también apuntó a García, al señalar que esperaba su testimonio para "fundamentar cuáles fueron las causas de esta implosión".
Por su parte, los vecinos de la calle Salta sostenían sus quejas porque la intendencia les avisó que al menos hasta el viernes no podrán regresar a sus casas, mientras ingenieros analizan la seguridad de las estructuras de los edificios. El ingeniero de la Dirección de Obras Particulares Carlos Lloi advirtió que "si se comprueba que menos de dos tercios" del edificio "está en condiciones, lo más probable es que se decida la demolición definitiva".
El especialista remarcó que "está todo atado con alambre" y estimó que "es probable que haya una implosión", por lo que recomendó "apuntalar la parte delantera del edificio" para luego ir "verificando las propiedades contiguas y las de enfrente".