Sábado 5 de Octubre de 2013
Obama y los líderes republicanos siguen sin acercar sus posturas para poner fin al cierre parcial de la Administración federal.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, y el liderazgo republicano en el Congreso seguían ayer sin acercar posturas para poner fin a la paralización parcial de la Administración federal ("shutdown"), que entró en su cuarto día y ha llevado al mandatario a cancelar una gira por Asia.
Esta situación "puede terminar hoy mismo (por ayer)", dijo tajante Obama al acudir en compañía de su vicepresidente, Joe Biden, a comerse un sandwich a Taylor Gourmet, un restaurante cercano a la Casa Blanca que ofrece descuentos a los empleados federales que se han visto obligados a quedarse en casa y no cobran desde el pasado martes.
"Estoy encantado de tener negociaciones (con los republicanos) sobre una amplia gama de temas, pero no podemos hacerlo con una pistola en la cabeza del pueblo estadounidense", enfatizó.
El mandatario insiste en que, antes de negociar sobre esta nueva crisis presupuestaria, el Congreso debe autorizar, sin condiciones, los fondos para que el Gobierno pueda operar en el nuevo año fiscal, que comenzó el 1º de octubre.
Convocatoria
Por su parte, los republicanos piden desde el martes la convocatoria de un comité de conciliación, que reúna a miembros de ambas cámaras del Congreso para negociar sobre la actual crisis, y han propuesto varias leyes para financiar a ciertos departamentos y programas de la Administración mientras dure el cierre.
En una conferencia de prensa, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, acusó ayer a los demócratas de tratar el cierre de la Administración como "un juego" y les instó a negociar para resolver esa crisis y enfrentar "el problema de gasto" en el país.
"Su actitud es: ‘No nos importa cuánto dure esto, porque estamos ganando’. Esto no es un maldito juego", exclamó Boehner.
El líder republicano aludió así a un artículo de The Wall Street Journal publicado ayer y que cita bajo anonimato a un alto funcionario del Gobierno que afirma: "Estamos ganando. No nos importa" cuánto dure el cierre "porque lo que cuenta es el resultado final".
Tanto Obama como el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, se desmarcaron rotundamente del comentario de ese funcionario.
"Nadie está ganando cuando las familias no tienen certidumbre sobre si van a recibir sus salarios o no", declaró Obama desde el restaurante al que acudió con Biden.
Poco antes, en Twitter, Carney había escrito: "Es absurdo (...) Rechazamos totalmente la idea de que a la Casa Blanca no le importa cuándo termine esto (el cierre)".
En un comunicado, la Casa Blanca expresó su apoyo a esa medida, pero aclaro que por sí sola no resuelve las "serias consecuencias" de esta crisis, uno de cuyos resultados "totalmente evitables", según Carney, ha sido la cancelación de la gira por Asia que Obama tenía previsto emprender a partir de este sábado.
Obama iba a visitar Indonesia para participar en sendas reuniones del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) y del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), y también Brunei, Malasia y Filipinas.