Viernes 6 de Septiembre de 2013
El Gobernador anunció que desdoblará el Ministerio de Justicia y Seguridad. El intendente de Ezeiza, de perfil duro, irá a Seguridad y Ricardo Casal seguirá en Justicia. El cambio llega tras la derrota del FpV en las PASO.
En medio de la campaña electoral y luego de que desde el kirchnerismo admitieran que el nivel del delito es un problema, el gobernador Daniel Scioli anunció ayer el desdoblamiento del Ministerio de Justicia y Seguridad y adelantó que el intendente de Ezeiza, Alejandro Granados, quedará al frente de Seguridad mientras que Ricardo Casal se hará cargo de la cartera de Justicia.
Scioli realizó el anunció durante un acto en la ciudad de Berazategui, luego de que la semana pasada cobrara fuerza un rumor sobre la posibilidad de implementar esta medida, versión que, en rigor, había comenzado en forma inmediata a la derrota electoral del oficialismo el 11 de agosto, cuando el gobernador desplazó de su cargo al comisario Omar Nasrala, entonces número dos de la Policía Bonaerense.
"Estamos readecuando, en función de las necesidades operativas, la organización y administración de Justicia y Seguridad", dijo Scioli a la hora de justificar la medida, que deshace el esquema que él mismo había creado en 2010, cuando unificó ambas carteras y las puso a cargo de Casal, hasta ese momento titular de Justicia, en un movimiento que incluyó la salida del Gabinete de Carlos Stornelli, entonces ministro de Seguridad.
El Gobernador confirmó que, tal como había adelantado DIB la semana pasada, enviará en los próximos días a la Legislatura -posiblemente vía cámara de Diputados-, un proyecto de reforma de la Ley de Ministerios necesario para operar la unificación, para el cual pidió "el respaldo correspondiente". Desde el massismo, el titular del bloque de senadores Jorge D´Onofrio, se apresuró a adelantar que lo apoyarán, con lo cual existiría el número necesario para avanzar.
Perfil duro
Intendente de Ezeiza durante 18 años, casado con la diputada nacional del Frente para la Victoria, Dulce Granados, el designado ministro de Seguridad es hoy uno de los intendentes de mejor relación con Scioli, luego de haber mantenido un estrechísimo vínculo político con Néstor Kirchner cuando fue presidente, que se enfrió algo con Cristina Fernández, aunque siempre estuvo alineado con la Casa Rosada.
En ese plano, desde el Ejecutivo provincial dijeron a DIB que el nombramiento de Granados fue acordado con la presidenta Cristina Fernández, aunque se produjo con ella fuera del país.
Aunque tanto su lista local como la de diputados nacionales que encabeza Martín Insaurralde triunfaron en Ezeiza en las PASO, el "juego político" de Granados había quedado bajo la lupa de la Casa Rosada luego de que su hermana Leonor, diputada provincial, anunciara hace diez días su pase al bloque del Frente Renovador, de Sergio Massa. Ahora, su designación como ministro de un Scioli más alineado que nunca, parece despejar las dudas.
Granados, que se enfrentó a tiros con ladrones en su casa, fue uno de los primeros intendentes en asumir al combate contra la inseguridad como uno de los desafíos más importantes de la gestión local: en 2003 puso en marcha un plan propio en esa materia, que llamó "Tolerancia cero contra la delincuencia" y que incluía el esquema de cuadrículas que luego se generalizó en el Conurbano así como la instalación de cámaras de seguridad.
"Es un momento que no admite tibieza, tenemos que ir a fondo", dijo ayer Granados, en sus primeras declaraciones como funcionario designado, en las cuáles también dejó en claro que no cree que la inseguridad sea una sensación. También adelantó que quiere a "la policía en la calle" y advirtió que "la ley hay que aplicarla" y que "la gente que comete delitos debe ir presa".
Así, dejó entrever que mantendrá un perfil "duro" en la lucha contra el delito, una función en la que reemplazará a Casal, el funcionario más cuestionado por el kirchnerismo, que justamente siempre le reprochó poco apego a la visión "progresista" del manejo de la inseguridad, al punto de haber pedido varias veces su renuncia, un movimiento que Scioli, que ayer le agradeció su "vocación de servicio", siempre resistió.
Iniciativas
El cambio en el área más sensible de la administración bonaerense se da en medio de una especie de autocrítica en los hechos del kirchnerismo tras la derrota en las PASO, que incluyen la elevación del mínimo no imponible de Ganancias, la convocatoria a un diálogo a sectores empresarios y sindicales y la admisión de la necesidad de atacar a la inflación y la inseguridad como dos problemas clave y el anuncio de un proyecto para bajar la edad de imputabilidad penal.
En la provincia, coincide además con el debate sobre la creación de las policías comunales, que la semana pasada fracasó en la Legislatura. En ese punto, el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, adelantó hoy que insistirán con impulsar el proyecto propio en el futuro próximo, contra la iniciativa que impulsa el massismo. Fuentes del sciolismo dijeron a DIB que esperan que a pedido de un ministro que inicia su gestión esa iniciativa pueda concretarse.