Viernes 26 de Julio de 2013
El kirchnerismo envió mensajes al sindicalismo oficialista, un día antes de que el massismo pida la reunificación de la CGT. También hubo polémica entre el sciolismo y el denarvaísmo por los plantes sociales.
Cuando la campaña de cara a las elecciones primarias del 11 de agosto entra en su recta final, massistas, oficialistas y denarvaístas profundizan sus críticas cruzadas, que en la jornada de ayer tuvieron su eje en la cuestión de la seguridad, la estructura asistencial y las alianzas políticas de cada uno de los sectores.
Sergio Massa, el candidato del FR, que se apresta a focalizar sus últimos días de campaña en La Matanza bajo la hipótesis de que una buena elección en ese bastión K lo dejaría a las puertas de un triunfo, pareció asumir un discurso más claramente opositor de lo que había aventurado hasta ahora, durante una visita a la ciudad de San Nicolás.
"Somos los único que le podemos ganar al gobierno en la Provincia de Buenos Aires", dijo el tigrense. En una clara alusión al kirchnerismo, agregó llamó a "dejar atrás las peleas y las divisiones" para construir un "espacio en el que pensar diferente no signifique ser enemigo de nadie y que resuelva los verdaderos problemas de la gente".
Le contestó el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, candidato testimonial a concejal en su distrito. Dijo que las encuestas que dan ganador a Massa son intentos intencionados de "quienes quieren cambiar la sensación y ánimo de la gente". Alineado con la teoría del "acortamiento" de las distancias entre uno y otro candidato señaló que "cuando nos acercamos a las fechas los datos son otros y marcan realmente la intención de voto de la gente".
A las críticas se sumó el diputado kirchnerista y candidato a renovar su banca Victoria Edgardo Depetri, criticó con dureza al opositor titular de la Federación
Agraria (FA) Eduardo Buzzi, al señalar que "mantiene su coherencia ya que siempre está al servicio de la derecha y a sus candidatos mediáticos de moda". Lo hizo por su foto del miércoles con Massa, en Pergamino.
Por su parte, el candidato kirchnerista Martín Insaurralde y el gobernador Daniel Scioli, pasaron por Tigre –donde se mostraron en una polanbta de Aysa para remarcar una de las falencias del distrito: la falta de cobertura de agua potable- pero pusieron el foco en la cuestión sindical.
En un acto celebrado en la sede de Smata de Capital Federal se comprometieron a seguir apoyando "el modelo sindical" vicegente. "Que se quede tranquilo el compañero Caló", dijeron ante la mirada del titular de la CGT Balcarce.
No pareció una referencia causal, en medio de las versiones de una posible reunificación sindical y de pases del sector filo kirchnerista al moyanismo. Se produjo un día antes, además, de que Massa llegue a La Plata para un acto con caciques sindicales, en el cual repetirá su convocatoria a la reunificación de las centrales obreras.
El sciolismo, en tanto, cruzaron a Francisco De Narváez, luego de que dijera que en la Provincia "hay cincuenta planes sociales" diversos y "sin ningún control" y que eso "es una forma de robar". El ministro de Desarrollo Social, Martín Ferré, señaló que el candidato a diputado "está influido por las leyes de mercado" y no "en las necesidades de las familias".