Jueves 4 de Julio de 2013
Morales llegaba a La Paz luego de aterrizar de emergencia en Viena. Varios países se negaron a recibirlo ante la sospecha de que en el avión viajaba Edward Snowden. Fuerte respaldo de los líderes regionales.
Morales, ayer, junto a la prensa en el aeropuerto de Viena, antes de partir hacia España.
El Gobierno de Bolivia organizaba ayer una multitudinaria bienvenida al presidente Evo Morales tras el polémico incidente sufrido el martes con su avión en Europa y, a la vez, prepara una reunión de respaldo para hoy a la que está previsto que asistan varios mandatarios de la región.
El Ejecutivo boliviano en pleno y los movimientos sociales, en particular los indígenas, subían anoche al aeropuerto de la ciudad de El Alto para recibir al gobernante. El avión, que retornaba de Rusia a Bolivia, no pudo sobrevolar o aterrizar en algunos países europeos por la sospecha de que a bordo iba el exanalista de la CIA Edward Snowden, reclamado por Estados Unidos por revelar operaciones de espionaje de su país.
Morales estuvo varado casi catorce horas en Viena porque, según denunció, Francia, Italia, España y Portugal impidieron que sobrevolara su espacio aéreo o aterrizara en su territorio en su retorno a Bolivia. Sin embargo, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, dijo ayer que no ha habido "ninguna prohibición" para que el avión de Morales sobrevolara el espacio aéreo español y aseguró que España intentó "allanar el camino" para que pudiese hacer una escala en Las Palmas (Islas Canarias). De hecho Morales, procedente de Viena, recargó combustible en Las Palmas, de donde partió hacia la ciudad brasileña de Fortaleza, última escala antes de que aterrice en La Paz.
Morales y sus ministros en La Paz, que guardaron vigilia durante la noche, insistieron en que lo sucedido fue un "secuestro" con la intención de amedrentarlo por su lucha contra "el imperialismo" de Estados Unidos, al que acusó de haber presionado a las naciones europeas para bloquear su vuelo. Una de las reacciones de condena la protagonizó el grupo indígena llamado "Ponchos Rojos", aimaras como Morales, que ayer quemó las banderas de la Unión Europea y de Francia a las puertas de la sede de la embajada francesa, que además fue apedreada y bloqueada con piedras.
Los embajadores de Francia, Michel Pinard, y de Italia, Luigi De Chiara, y el cónsul de Portugal serán convocados a la Cancillería boliviana para dar explicaciones por lo sucedido. Los diputados del partido de Morales pidieron a la Cancillería del país declarar persona "non grata" a los embajadores de España, Italia y Francia, además del cónsul de Portugal.