Sábado 13 de Abril de 2013
Casi 18,9 millones de ciudadanos están habilitados para elegir este domingo en las urnas al presidente de Venezuela que, a partir del viernes próximo, se convertirá en el sucesor formal del fallecido Hugo Chávez, y todo sugiere que la elección entre siete candidatos inscriptos será en verdad un mano a mano entre el mandatario interino, Nicolás Maduro, y el líder opositor Henrique Capriles Radonski.
Con una campaña que duró apenas un mes, pocas encuestas elaboradas al comienzo de ese período -cuando era mayor el impacto emotivo por la muerte de Chávez- y ninguna conocida en la última semana, el pronóstico predominante entre analistas y ciudadanos de a pie es que probablemente gane Maduro, con una diferencia ajustada.
Será, igual que en octubre pasado, la puja entre una formidable organización política con dirigentes sólidos, abundantes recursos y millones de simpatizantes convencidos, y una coalición ideológicamente más diversa y mucho más dependiente de la confluencia de millones de voluntades individuales.
La gran diferencia, y precisamente el dato que permite a muchos venezolanos suponer que la competencia electoral puede ser más pareja que nunca en la última década y media, es la ausencia del extraordinario líder que era Chávez.
La jornada previa estuvo matizada por los comicios como tema casi excluyente de todas las conversaciones, compras nerviosas y abundantes en los supermercados -algo usual en Venezuela antes de cada elección-, y constantes exhortaciones de políticos y celebridades, incluido el automovilista Pastor Maldonado, para que todos ejerzan mañana el voto, que no es obligatorio.
Los candidatos excluyentes, quedó dicho, son Maduro, del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) gobernante y postulado también por otras 13 agrupaciones, y Capriles, de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) que nuclea a 17 organizaciones políticas.
Al margen de la veda para la actividad proselitista, Maduro inauguró ayer un canal de televisión estatal y Capriles apareció jugando al básquetbol junto a periodistas deportivos e integrantes del equipo Panteras de Miranda.
Hoy, los dos mantuvieron activas sus cuentas de la red social de Twitter: Maduro, para denunciar una supuesta “guerra sucia que se dirige desde Bogotá contra la paz de Venezuela” y contra él mismo “como ser humano y presidente”.
Capriles viajó a la isla Margarita, sede central del culto a la Virgen del Valle, a la que le pidió a través de Twitter: “Protege a nuestro pueblo y llena de bendiciones a nuestra Venezuela”.
Al margen de Maduro y Capriles hay otros cinco postulantes a la Presidencia, de los cuales dos lo fueron también el 7 de octubre pasado: María Bolívar (del Partido Democrático Unido por la Paz y la Libertad, PDUPL) y Reina Sequera (Poder Laboral).
Los tres que aspiran por primera vez a la jefatura del Estado son el pastor cristiano Eusebio Méndez, de Nueva Visión para mi País (Nuvipa); Fredy Tabarquino, de Juventud Organizada de Venezuela (Joven), y Julio Mora, de Unidad Democrática (Udemo).
Excepto por algunas apariciones aisladas de Bolívar en los medios y unos cuantos afiches de Méndez en algunas zonas de Caracas, ninguno de estos cinco candidatos tuvo exposición significativa durante la campaña.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) afirmó que ya quedaron instaladas las 39.018 mesas en los 13.638 centros de votación en todo el país, a los que deben sumarse las mesas que se habilitarán en embajadas y consulados de Venezuela en 88 países.
De todos modos, la incidencia del voto en el exterior no es todavía demasiado relevante, pues son apenas 100.309 personas las que están inscriptas en las diversas embajadas.
Los centros de votación funcionarán entre las 6 y las 18 (7.30 y 19.30 en la Argentina), aunque deberán permanecer abiertos hasta que emita su voto el último de los ciudadanos que estaba formando fila para hacerlo a la hora de cierre.
Una de las directoras del CNE, Socorro Hernández, estimó que el primer boletín con resultados oficiales podría difundirse entre las 22.30 y las 23 (las 24 del domingo y las 0.30 del lunes en la Argentina), siempre que para entonces haya una tendencia irreversible.
“El país sabe que el CNE informa en el momento en que los resultados son irreversibles, ésa es la condición básica; informamos resultados, no proyecciones”, aclaró Hernández.