Martes 17 de Septiembre de 2013
Entre los fallecidos se encuentra el único agresor confirmado hasta el momento, identificado por el FBI como Aaron Alexis, un hombre afroamericano de 34 años oriundo de Fort Worth, Texas.
El agresor fue identificado como Aaron Alexis y también murió.
Al menos 13 personas murieron ayer en un tiroteo perpetrado en un puesto de comando de la Marina de Estados Unidos en Washington, un ataque cuya motivación es por el momento desconocida pero provocó caos y pánico en la capital del país.
Entre los fallecidos se encuentra el único agresor confirmado hasta el momento, identificado por el FBI como Aaron Alexis, un hombre afroamericano de 34 años oriundo de Fort Worth, Texas.
Medios estadounidenses habían adelantado que Alexis era un contratista militar, pero la responsable local del FBI, Valerie Parlave, no quiso confirmar esa información durante una alocución pública de las autoridades para informar los avances en las investigaciones de un ataque que todavía guarda muchas incógnitas.
De hecho, se desconoce por el momento incluso el motivo del ataque, perpetrado a primera hora del lunes en el cuartel general del Comando Naval de Sistemas Marítimos, en Washington, situado en el edificio 197 del Navy Yard, un complejo naval en el sureste de la ciudad, a escasos kilómetros de la Casa Blanca y el Capitolio.
En este sentido, el alcalde de Washington, Vincent Gray, volvió a reiterar ante la prensa que aunque no se descarta ninguna motivación, por el momento no hay una causa confirmada.
Además del atacante abatido, la policía de Washington dijo que se considera otro "potencial" atacante, otro hombre afroamericano de unos 50 años que está siendo buscado para confirmar su identidad y su posible vinculación con el tiroteo.
En un principio se había hablado de dos sospechosos más, pero el tercer individuo, un hombre blanco de entre 40 y 50 años y vestido de uniforme kaki, ya fue descartado como sospechoso o "persona de interés", dijo la policía local.
Obama, indignado
El presidente estadounidense, Barack Obama, pidió una "investigación sin fisuras" del "cobarde" ataque -"un nuevo tiroteo masivo", lamentó- y aseguró que se hará todo lo posible por llevar ante la justicia a sus responsables.
En una alocución desde la Casa Blanca, el mandatario hizo hincapié en que todavía se desconocen muchos datos, especialmente los motivos del ataque, pero destacó el hecho de que fuera perpetrado contra una base de las fuerzas armadas.
Por su parte, el secretario de Defensa, Chuck Hagel, agradeció la "rápida respuesta" de las autoridades locales y federales y prometió la "total ayuda" del Pentágono en la investigación de esta "violencia terrible y sin sentido".