Miércoles 24 de Julio de 2013
Peritos intentaban indagar sobre la "sexualidad" de Jorge Mangeri, pero la defensa consideró que se trataba de un cuestionario "invasivo". Una testigo dijo que el encargado llamó por teléfono a la familia de la víctima en momentos que fue hallado el cadáver.
El portero Jorge Mangeri, único imputado y detenido por el crimen de Angeles Rawson, se negó ayer a ser sometido a peritajes psiquiátricos en una dependencia de los tribunales porteños, en las que se le iba a preguntar sobre su "sexualidad".
A Mangeri quería consultárselo sobre sus inclinaciones sexuales y también sobre rasgos de conducta ante una frustración o sensación de impotencia. No obstante, a la negativa de someterse a esa prueba, el juez Javier Ríos, a cargo de la causa, sumó otro indicio: cuando el cadáver de Angeles era encontrado en el basural de José León Suárez, el portero llamó a la familia para preguntar si sabían alguna noticia de la menor por entonces desaparecida. Así lo dijo una tía de Angeles, quien confirmó (tal como constaba en las actuaciones policiales) que el llamado preguntando por alguna novedad ocurrió sobre el mediodía del 11 de junio, casi en simultáneo con el hallazgo del cadáver.
Preso desde el 15 de junio, Mangeri fue trasladado ayer desde Ezeiza hasta la sede del Cuerpo Médico Forense para someterse a los peritajes psiquiátricos que dispuso el juez. "Se negó a someterse a una pericia que está absolutamente sesgada -se quejó Adolfo Méndez-. Estaba todo orientado hacia elementos de la sexualidad. Eran 53 preguntas que a nuestro modo de ver estaban sesgadas y dirigidas hacia meras hipótesis... En 25 años de perito nunca vi preguntas de este tenor". Después, el abogado Marcelo Biondi, uno de los defensores, insistió en que el cuestionario violaba la intimidad del acusado, y afirmó que fue una decisión estratégica negarse a participar de la pericia "invasiva".
Otras declaraciones
El juez Ríos rechazó el pedido de nulidad que había hecho la defensa para objetar gran parte de la causa, pero ahora la Cámara del Crimen revisará su decisión. Mientras tanto, el magistrado avanza en la serie de diligencias. Ayer una tía de Angeles sumó sospechas contra Mangeri, mientras el juez también escuchó a una mujer vecina del edificio que, según su empleadora, había apuntado en las primeras horas sobre el portero, aunque la testigo relativizó los dichos de su jefa.
La expectativa, en tanto, se centró en el llamado a declarar por tercera vez de Dominga Torres, la empleada doméstica de la casa de Angeles que fue señalada por la defensa como una testigo mendaz. Torres es clave a la hora de determinar que Angeles nunca ingresó a la casa aquella mañana del 10 de junio; según la hipótesis fiscal, fue abordada y atacada por Mangeri por motivos aun no definidos. Torres ratificó que llegó a las 8.45 a la casa de la adolescente y que permaneció allí hasta las 12.45, plazo en que Angeles no regresó al departamento; también dijo que en el interior de la vivienda dormía su hermanastro.
El abogado Daniel Llermanos se presentó ayer en tribunales en nombre de Dominga para saber si, como decía la defensa, la mucama estaba sospechada y aportarle al juez todas las tarjetas SUBE que usaba la mujer. Llermanos explicó que en el juzgado le dijeron que no hacían falta esos documentos, pero resolvieron citarla de manera inminente para que explicara las dudas en torno de la superposición de dos viajes aquella mañana con la tarjeta SUBE. Torres respondió las preguntas del juez y a la salida de tribunales dijo: "Estoy tranquila, no estoy mintiendo. Soy honesta y siempre dije la verdad. Ahora ya se aclaró el asunto de la SUBE y espero que se aclare todo el crimen de Angeles".
