A fuerza de goles importantes, carisma y acercamiento con los simpatizantes, Dybala es el jugador que todos idolatran en uno de los clubes más importantes del mundo y el más popular de Italia. Hasta sin jugar por lesión, los hinchas se quedan para darle una abrazo a su salida.
DESDE TURÍN.- “¡Paulo, Paulo, Paulo… una selfie per favore!” Juventus acaba de culminar su victoria en casa ante Pescara por 3 a 0, los tifosi alegres, aplausos a los jugadores, pero en la platea Vip salen varios disparados a fotografiarse con Dybala. Esta categoría en el Juventus Stadium tiene comunicación casi directa con el sector donde ven el partido los suplentes. Y el cordobés estaba allí donde ni bien sonó el pitazo final, los juventinos que gozan de ese lugar de privilegio corrieron en busca de un recuerdo con el Gran Paulo.
Inactivo desde la derrota ante el Milán el 22 de octubre, cuando fue sustituido en San Siro al primer tiempo por una lesión muscular en el biceps femoral del muslo derecho, el cordobés miró el partido junto a la banca y no tuvo problemas de acceder al retrato hasta ser el último de ese grupo en ir a los vestuarios.
Una hora después, en el hall central que ostenta el lujoso estadio de la Juve también hay otro beneficio para quienes pagan palco o platea vip: que es poder ver a muchos de sus jugadores salir camino al parking donde dejan sus autos. En el hall lo espera Andrea Saule, quien maneja relaciones de prensa a Dybala y Massimiliano Allegri, para volver con él. Andrea gentilmente me había sugerido quedarme en el salón para cruzar al delantero e incluso me había marcado su auto en el estacionamiento.
Y otra vez Paulo es interceptado para quedar en la memory de los celulares. Después de Marchisio -el primero en salir-, aparece Dybala y sin problemas acepta otras frenadas sonriendo para la pic. Ya escoltado por gente de seguridad del club quienes tratan de acelerar la caminata del argentino.
Junto a Andrea Saule, tengo un breve diálogo ameno junto al crack cordobés de 23 años recién cumplidos (el 15 de noviembre), le comento que lamento justo llegar a Torino en un partido que no juega, entre risas dice "me queda una semana de recuperación nomás", y luego la tercera tanda de Stop para más fotos: la caminata de 100 metros en zona de parking hasta su auto.
El nivel de idolatría es máximo. El cordobés arribó al club en 2015 tras ser sensación en Palermo y desde allí enamoró a los hinchas tras marcar 23 goles en 45 partidos en tres consagraciones (Scudetto, Copa y Supercopa Italiana) en su primer temporada en el equipo dirigido por Allegri.
Mientras en la Juve ya "lavoran" para tener Paulo para rato hasta 2021 luego de correrse la bola desde España que interesa Dybala al Real Madrid. Entonces en la Vecchia Signora le mejorarán el contrato y lo alargarán (el actual es hasta 2018) para tener al crack de 1,76 por varios años más. Claro, la gente quiere a Paulo. Estrella de esta Juve ganadora.
A fuerza de goles, gambetas, movimientos escurridizos, velocidad y simpatía, Dybala enamoró al tifoso juventino. Entonces se retiró del estadio como si hubiese convertido los tres goles del partido. Los goles los marcaron Khedira, Mandzukic y Hernanes. El nacido futbolísticamente en Instituto no jugó, pero los fans lo aguardaban como si fuese el autor de un hat-trick. “¡Grande Paulo!”… “Una foto... “¡Grazzie Mile!” …
El cordobés que enamoró a la vieja señora del Calcio: ¡Paulo, Paulo, Paulo!”