El análisis del tridente ofensivo más costoso: Messi, Neymar y Mbappé.
DESDE BRUJAS.- El tridente ofensivo más costoso comenzó su vida juntos. Aunque sin el éxito deseado por propios y ajenos. En la visita del París Saint Germain en suelo belga, la delantera Messi, Neymar y Mbappé compartieron campo de juego por primera vez, pero la coincidencia en césped duró solo hasta el comienzo del segundo tiempo por la temprana salida del francés. El equipo no ganó, la “MNM” no anotó gol y fue una noche de Brujas.
Desde el inicio buscaron sincronización, aunque sin resultados preocupantes para el rival. Tácticamente -y cómo se esperaba- Messi arrancó por derecha, Mbappé por el centro y Neymar por izquierda. Vale la pena aclarar que con tres jugadores de ese nivel, ellos deciden dentro del campo las mejores opciones para rotar roles. La idea fue el argentino arrancando en esa posición para enganchar por dentro y quedar con su zurda mágica perfilada hacia al arco; lo mismo el brasileño, pero desde el otro costado; y en el centro la velocidad del francés para lastimar con el arco a su merced e intercambiar posiciones con “el 30” o “el 10” según ameriten las opciones de ataque en juego.
El empate dejó un sabor amargo en el PSG, pero el entrenador Mauricio Pochettino aclaró post partido: “El problema no fueron los tres jugadores en ataque, sino que debemos ser mucho más sólidos en todas las áreas, y estoy contento con la labor defensiva de los jugadores atacantes”.
El gol del equipo parisino llegó al cuarto de hora vía Mbappé combinando talento y rapidez al mismo tiempo para asistir a Ander Herrera, quien definió con la maestría que viene mostrando el español en la temporada (4 goles y 2 asistencias). La alegría duró diez minutos y se acabó con el empate de Brujas gracias a la potencia de su capitán Vanaken. Acto seguido, se creó la opción de gol más concreta del tridente ofensivo. Y fue obra de Lionel Messi: arrancó por derecha, encontró espacios a su estilo y disparó de zurda al ángulo. Fue al ángulo sin festejo, justo al larguero.
El primer tiempo puso en manifiesto las intenciones y las posiciones de las tres figuras, pero no hubo explosión. Aunque en esas funciones fue Messi el que más se sacrificó: buscó a Mbappé reiteradas veces y también se acercó hasta la punta izquierda, pero con poca suerte. Fue mérito de la organización defensiva del Brujas que esperó y cortó la mayoría de las triangulaciones.
En el segundo tiempo la situación se modificó un poco al comienzo. Messi intentó sociedad con Ander Herrera, más la llegada de Julián Draxler -ingresó por Wijnaldum-. Situación que cambió definitivamente a los diez minutos, cuando Mbappé se fue del campo de juego por un golpe en el tobillo sufrido sobre el final del primer tiempo. El lugar del francés lo ocupó Mauro Icardi. Poco más de un tiempo y se le puso fin al tridente ofensivo en el estreno de Champions.
Así las cosas, Messi se fue más al centro para combinar paredes con Neymar. Lo profundizó pasados los veinte minutos, dejando a Icardi más por derecha, para sentirse más en sintonía con su amigo brasileño. Y la dupla Messi-Neymar tuvo dos pinceladas tirando paredes para llegar al arco, pero sin lograr disparar a puerta.
El PSG terminó acudiendo a la velocidad y predisposición ofensiva del lateral senegalés Abdou Diallo por izquierda que en dos ocasiones llegó para asistir a los delanteros. Primero fue a Messi que remató desviado. Y luego, a Icardi que intentó definir de taco sin dirección de gol.
El poder ofensivo del PSG no tuvo su noche y lo salvó la seguridad de Keylor Navas. Sí, el portero evitó que el Brujas se vaya al descanso ganador. Y en el complemento tuvo dos tapadas claras justificando la confianza otorgada por Pochettino para ubicarlo por encima del gigante Donnarumma.
Si bien el resultado no fue con victoria como “exigía” el contexto de estrellas del PSG, Pochettino defendió la actuación de trío ofensivo en respuesta a Mundial De Fondo en conferencia de prensa: “Ha habido buenas cosas, buenas situaciones donde se han encontrado. Necesitan tiempo para consolidarse, pienso que los jugadores no solo necesitan más entrenamientos sino más competencia para realmente conocerse más, pero repito que pienso que se han encontrado y creo que el problema no estuvo ahí, sino que no fuimos lo sólidos que debemos ser en un partido de Champions”.
El entrenador está en lo cierto cuando en reiteradas oportunidades afirma que el PSG al momento no es un equipo, sino una plantilla de élite que debe consolidar una idea de juego para lograr los objetivos deseados. Y entre esas metas, la principal es competir hasta el final en la Champions League.
La “MNM” será la fórmula para lograr resultados. Con Messi, Neymar y Mbappé en cancha, Pochettino sabe que tiene con qué para triunfar. Es su gran desafío como “jefe de equipo”: desarrollar esa fórmula ganadora. Aunque cómo todo camino al éxito, precisa de entrenamiento y competencia para lograr rendimiento.
Las estrellas de París, necesitan tiempo para brillar.