Miércoles 6 de Febrero de 2019
Fuimos al encuentro del creador del Club de Trueque, Aníbal Rubén Ravera, quien dictará un taller para las personas que deseen convertirse en coordinadoras de nuevos grupos. Conocé de qué se trata la experiencia de este sistema de intercambio.
Por Matilde Moyano
A partir del próximo lunes 18 de febrero en la Sociedad de Fomento Manuel Belgrano, barrio porteño de Floresta, tendrá lugar un taller de capacitación para quienes deseen ponerse al frente de clubes de trueque, tanto en la ciudad como en el campo, con la coordinarción de grupos de entre veinte y cien personas.
En los clubes de trueque se intercambian productos y servicios en ausencia de moneda, pero con la utilización de bonos, los cuales circulan desde hace ya 23 años en esta red que no presenta conflictos de interés con el comercio formal.
El Federal fue al encuentro de Aníbal Rubén Ravera, Director del Museo Histórico Provincial Guillermo E. Hudson, quien creó esta modalidad en 1995 junto a Horacio Covas y Carlos de Sanzo, tras proponerse armar un pequeño grupo que hiciera la experiencia de prescindir de dinero.
La historia comenzó un 1 de mayo, día del trabajo, en plena crisis por el efecto tequila y otras burbujas económicas. El club funcionó de manera estable y a partir de 1996 “explotó” y comenzó a replicarse en otros lugares del país. Ya en 2001 creció exponencialmente hasta alcanzar los 2 millones 200 mil participantes en mayo de 2002, con clubes en los 3.600 municipios del territorio argentino. En los últimos años son 400 los que persisten.
// ¿El taller está destinado solamente a las personas que estén interesadas en coordinar, es para líderes?
Es un liderazgo social, sui generis. Los contenidos atienden la resolución de conflictos interpersonales, el desarrollo de los productos y servicios que la gente aporta, las condiciones en las que se tiene que dar este ámbito, que es muy cercano a una tertulia, en donde la gente tiene un vínculo de manera periódica y con regularidad que afianza la ciudadanía, porque hay fórmulas de, por ejemplo, toma de decisiones democráticas, sin conflicto.
El coordinador es un “animador” sociocultural y socioeconómico que en esta encrucijada de la Argentina en donde hay indicadores no tan positivos puede amortiguar los efectos que se dan en la sociedad.
// ¿Cualquier persona puede ser coordinadora o tienen que cumplir con ciertos requisitos?
Pueden asistir coordinadores que ya estén al frente de grupos, que los hay y son muchos, y gente que tenga la vocación para liderar grupos.
// ¿Cuáles serían las responsabilidades que tiene un/a coordinador/a?
En principio ante los requerimientos de la justicia, de los organismos tributarios, sanitarios, actuar en función de las normas. Por ejemplo, en la manipulación de alimentos, en cuestionamientos de tipo impositivo, y es una manera de ir encarrilando nuevos contribuyentes, quienes desde una pequeña actividad, modesta en su escala, tanto como servicio y como generación de producto, puede después desembocar en el desarrollo de una micro pyme, adaptándose a la legislación vigente.
// ¿Hay algún ejemplo en donde haya sucedido eso?
Sí, durante la crisis del 2000 y 2001 muchísima gente salió al cruce por su supervivencia con emprendimientos que estaban por fuera de su historia laboral, y muchos de esos emprendimientos se convirtieron en nuevas empresas.
Muchas empresas que estaban en quiebra pudieron levantar su situación y no verse obligado a despedir personal o cerrar la persiana definitivamente. En ese sentido nosotros tenemos una larga historia de prevención de estas catástrofes económicas.
// ¿Y ahora este relanzamiento de los clubes de trueque tiene que ver con la situación actual del país?
Sí, básicamente por la demanda de la gente. Nosotros no es que hagamos un diagnóstico crítico de cómo está la economía, pero notamos una sensible demanda de gente que nos pide participar de clubes de trueque, y lo que planteamos es que no hay clubes de trueque, si no que hay coordinación.
Alguien pone el escenario. Alguien se tiene que ocupar de las comodidades, de vincularse con instituciones intermedias para alojar esos grupos.
// ¿Esos “escenarios” pueden ser una casa particular por ejemplo?
Puede ser desde una casa particular, que es lo que estamos promoviendo ahora como una novedad, en una micro escala, al estilo de una tertulia colonial, y lo tradicional, que pueden ser sociedades de fomento, parroquias, anexos a establecimientos escolares, salones de usos múltiples municipales.
Lo que no queremos es volver a tener que alquilar espacios de tipo fabriles, o fabriles abandonados porque hay que hacer una gran inversión en baños y otras comodidades.
// ¿Eso es algo que se hizo durante la crisis del 2001?
Se hizo en la crisis del 2001-2002 porque eran cuestiones de vida o muerte y hubo lugares de hasta 30 mil personas como en Luján de Cuyo, o La Bernalesa en Bernal, con 10 mil personas, que no es lo aconsejable porque nosotros apelamos a la relación cara a cara, a la generación de vínculos, y no a mercados en donde la gente no se conoce y empiezan a funcionar algunas desviaciones propias de la competencia, de lo que conocemos en el capitalismo.
// ¿O sea que parte del espíritu del club del trueque es que la gente se conozca y que en cada encuentro sea siempre más o menos la misma gente?
Sí, es lo recomendable. De hecho podemos decir que en 23 años no hubo que lamentar intoxicaciones con la comida, por ejemplo, que es algo muy delicado justamente por la capacitación. En el mercado formal es muy habitual. Eso obedeció a que fuimos una de las primeras organizaciones que publicamos un manual de manipulación de alimentos.
// ¿En qué consiste ese manual?
Fue creado en un club de trueque de Río Cuarto, donde una de las coordinadoras era especialista en bromatología. Lo diseñó y lo hizo circular por toda la red. Tiene recomendaciones para los encurtidos, para las conservas, por ejemplo el ají y las consecuencias que trae no conservarlo adecuadamente, con el botulismo, la salmonella.
// ¿Hay otros manuales?
Hemos creado principios de convivencia para que la circulación de ideas para tomar decisiones sean de manera ordenada.
Y en materia de reciclado, hemos hecho muchas publicaciones para que en el trueque se puedan disminuir los costos de insumos para que la gente invierta la menor cantidad posible en materias primas y le saque el mayor provecho a productos terminados.
La lana viene siempre de la oveja. Hacer cosas con las manos, aprovechar los recursos que tenemos cerca, el desarrollo local, son planteos virtuosos. No es muy recomendable en un país tirar abajo las economías regionales o declarar como inviable el trabajo que se hace en el lugar y hoy está ocurriendo eso.
//¿Cuáles son los productos más comunes y cuáles los más exóticos?
El club del trueque es en algún sentido como una feria de pulgas, pero no debería identificarse como eso, porque en una feria de pulga se llevan cosas que sobran, o para arreglar, y el valor agregado que tiene justamente el club del trueque es en gran medida la adecuación, la restauración de muchos de esos productos.
Se busca generar productos nuevos, a escala humana, como decía Friedrich Schumacher en “Lo pequeño es hermoso”, es decir, que no intervengan reglas del capitalismo, donde si uno no lo produce en grandes cantidades no resulta el negocio.
Si yo produzco 10 panes, son válidos en el club del trueque, por ahí en una panadería a la calle, no. Pero esos 10 panes pueden ser la rampa de lanzamiento para que una persona también imagine venderlo en la calle o en un delivery, es un paso intermedio a una escala en la que el prosumidor, como lo llamamos nosotros porque la regla es producir y consumir en la misma medida, pueda decidir por sí mismo.
Hay también indumentaria, producción agrícola de huertas. Yo tengo un árbol de paltas y las llevo al trueque, por ejemplo. También hay artesanías, artistas plásticos, también músicos.
// ¿Y un profesional puede brindar su servicio, por ejemplo, un contador?
Hay contadores, hay abogados, hay odontólogos, hay masajistas, peluqueros, algún que otro mecánico, cerrajeros también.
// ¿Y se establece previamente la equivalencia de los valores, por ejemplo a cuántos panes equivale una declaración jurada?
Nos orientamos con el mercado local, asignando los precios en créditos, a veces no concuerdan, es muy difícil encontrar “los matrimonios”, como por ejemplo si tengo tres botellas de cerveza artesanal que hice en mi casa y las cambio por un juguete.
Hay un grupo de “trueque directo” en Ensenada, pero es más difícil de implementar.
// ¿Y en dónde puedo ver por ejemplo cuánto me sale una consulta con un abogado?
Lo hablás en el momento. Por ejemplo en el que yo coordino, ya se hicieron dos divorcios, pero corre a cargo de la personas los gastos extras. Y la persona que logró el divorcio estaba muy contenta.
// ¿Cuál es el efecto emocional que genera el trueque en las personas que asisten?
Hay muchos problemas de tipo emocional que presenta la vida en donde el contacto y la vinculación con otros pares, solamente una vez a la semana, porque no se exige más que eso, dos horas a la semana, alcanza para que ese participante establezca lazos no solamente presenciales, si no también a través del teléfono y las redes sociales.
No es una terapia, pero mejora el ánimo de la gente.
// ¿Es decir que el club del trueque cumple la función de contención social?
Sí, no es un dato menor, cuando uno tiene que evaluar a una sociedad en su felicidad. La plata no hace la felicidad.
// Entonces no tendría que ver solo con esto de salir un poco de la crisis económica, si no también de lo que genera esa crisis en la persona.
Los medios de comunicación sacan una fotografía de la crisis y ponen al club del trueque como un emergente y es un poco injusto eso porque nos condenó a ser parte de la crisis, quedamos como pegados, y nos transformamos en un indicador de pobreza, cosa que no esperábamos, porque no estuvo destinado a resolver la pobreza.
// ¿Hay clubes de trueque que funcionan desde la primera época, independientemente a las crisis?
El club de trueque de La Boca viene trabajando ininterrumpidamente desde 1998.
// ¿Qué significa que el trueque es un rizoma?
Hoy se generaliza el concepto de red a los sistemas informáticos. Hay plantas, como las cañas, que tienen rizomas, largan raíces y generan hijuelos a distintas distancias, nuevos árboles. Es un modelo en el que la naturaleza se vale para reproducirse. El club del trueque tiene más esa estructura biológica que las redes que se han generalizado con la informática.
Ravera asegura que si los clubes de trueque pudiesen generalizarse nuevamente, “muchos de los indicadores macroeconómicos que nos están alertando de futuras catástrofes, estas podrían amortiguarse”.
Es curioso destacar que fueron las mujeres quienes se apropiaron de esta modalidad, en un 90%, con lo cual representa un desafío para que se sumen más hombres. La cita es a partir del 18 de febrero, de 18.30 a 20, y se trata de 8 encuentros en calle Tres Arroyos 3861, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Para mayor información comunicarse al 1130119444
www.redglobaldetrueque.blogspot.com
www.youtube.com/autosuficiencia
Fotos: Matilde Moyano