Sábado 1 de Junio de 2013
La oposición mostró escepticismo.
La presidenta Cristina Fernández recibió ayer en la Residencia de Olivos a los designados ministros de Seguridad, Arturo Puricelli, y de Defensa, Agustín Rossi, tras las modificaciones anunciadas en el Gabinete, mientras la oposición evaluó que no habrá "cambios de políticas" en el Gobierno.
Puricelli, que a partir del lunes abandonará su cargo en el Ministerio de Defensa para ponerse al frente de Seguridad -en lugar de Nilda Garré-, prometió "poner todo" de sí en la nueva función "para que la gente se sienta cada vez más segura y se termine con este flagelo del delito".
El funcionario dijo que se va de Defensa "dejando un ministerio en orden" y una "campaña antártica totalmente cumplida", a pesar de las denuncias sobre presuntas irregularidades en su ejecución.
Rossi y Puricelli asumirán el próximo lunes al frente de sus respectivas carteras, en tanto que se enviará al Parlamento el pliego para que se designe a Garré al frente de la embajada de la OEA.
El diputado kirchnerista Carlos Kunkel justificó el silencio presidencial antes de los anuncios por considerar que "las medidas que toma quien tiene la responsabilidad de hacerlo, no tiene por qué contárselas a nadie" y rechazó las críticas de la oposición: "Cuando a ellos los vote la ciudadanía, harán todos los cambios que quieran", indicó.
En tanto, la llegada de Rossi a Defensa causó "sorpresa total" en el ámbito de las Fuerzas Armadas y admitieron que la novedad fue tomada con "asombro" entre los mandos castrenses que no esperaban para esta fecha una modificación tan abrupta". Por su parte, el titular del radicalismo, Mario Barletta, aseguró que "no se cambian los destinos de la sociedad cambiando nombres". El ex ministro de Defensa Ricardo López Murphy señaló que los nuevos ministros Rossi y Puricelli, tendrán por delante "la complicada tarea de reparar todo el daño que se ha realizado en ambas áreas en estos últimos diez años".
Por su parte, la vicejefa de Gobierno porteño, María Eugenia Vidal, afirmó que espera que Puricelli "comprenda la gravedad del problema" y que el Gobierno "empiece a dar señales" de que le "interesa" combatir el delito.