Domingo 19 de May de 2013
Primarias mediante, el 23 de octubre próximo se renovarán en la provincia 23 bancas de senadores y 46 de diputados.
Con la oficialización, por parte de la Justicia, del cronograma electoral 2013, en la Legislatura bonaerense ya comenzó el tiempo de descuento de cara a la renovación de la mitad de las bancas de Diputados y Senadores, y los bloques políticos hacen las cuentas para acomodarse, de la mejor forma posible de cara a los próximos dos años, claves en la próxima carrera presidencial.
El 23 de octubre próximo se renovarán, Primarias mediante, 23 bancas de senadores y 46 de diputados. En ese marco, las elecciones serán cruciales para definir el nuevo escenario legislativo y podrían reforzar el predominio mayoritario del Frente para la Victoria en ambas cámaras.
En efecto, el oficialismo solo pone en juego un tercio del total de bancas en disputa, merced al revés electoral que sufrió en 2009, a la vuelta del conflicto con el campo, donde solo obtuvo 16 diputaciones (sobre 46) y 7 senadurías (sobre 23). Claro que, dentro de ese bloque mayoritario se cuenta un cúmulo diverso de actores, cuya orientación dependerá de las configuraciones políticas de cara al 2015.
En la vereda contraria, los bloques mayoritarios de la oposición, grandes vencedores en 2009, pondrán en juego buena parte de su composición. Así, el FAP, la
Coalición Cívica y la UCR, fuerzas que por estas horas negocian la conformación de un frente, necesitarán una buena performance para mantener, al menos, sus números. Por caso, todos los legisladores de la Coalición Cívica deben renovar su mandato, mientras que el FAP se juega poco más de la mitad de sus escaños (en el Senado deben renovar los 3 representantes) y la UCR -en todas sus líneas- deberá compulsar casi dos tercios de sus bancadas.
El peronismo opositor tampoco lo tiene fácil: dividido en varios bloques en la Legislatura pero negociando un acuerdo en común a nivel nacional, las diferentes bancadas que representan a los dirigentes peronistas "no K" deberán renovar 16 de las 22 bancas que lo representan en todas las líneas.
Panorama en Diputados
Como se dijo, la cámara de Diputados disputará 46 de las 92 bancas, que se elegirán en las secciones Segunda (11), Tercera (18), Sexta (11) y Octava (6).
En la cámara Baja, el FpV pondrá en juego 16 de sus 41 escaños: 4 en la segunda, 7 en la tercera, 3 en la sexta y 2 en la octava. En 2009, el kirchnerismo ganó 16 diputaciones, pero en el camino perdió una (Jorge Mancini conformó un bloque aparte junto al también sindicalista Jorge Martínez) y recuperó otra (Ismael Passaglia, elegido por el PRO, fue electo intendente de San Nicolás y su reemplazo, Patricia Roca, se sumó al FpV).
Dentro del arco oficialista también puede contarse la situación de Nuevo Encuentro, que pone en juego una de las tres bancas que posee.
Con estos números, el oficialismo parece encaminarse a recuperar la mayoría automática -actualmente solo le faltan dos bancas-, aunque ello dependerá más de su compleja estructura interna.
En ese punto, el kirchnerismo puro pone en juego a 11 legisladores, algunos de ellos verdaderos "soldados" en la confrontación con el Ejecutivo bonaerense.
En tanto, el sciolismo "juega" a dos legisladores -Iván Budassi y Raúl Pérez- y el randazzismo solo a Marcelo Feliú. La incógnita quedará abierta, ya que, como en 2011, el futuro de estos legisladores dependerá, nuevamente, de las negociaciones de última hora que ocurran en Olivos. En el arco opositor, como se dijo, varias bancadas deberán renovarse completamente. Ese el caso del Pro Peronismo, que tendrá que revalidar sus 8 escaños, y la Coalición Cívica, que arriesga a sus 4 representantes. En tanto, el recientemente conformado bloque massista, pendiente de la decisión del intendente de Tigre, renueva 5 de sus 7 diputados, mientras que el FAP solo pone en juego 4 sobre 10. Más tranquilos podría estar el radicalismo: las bancadas UCR y Radicales del Pueblo ponen en juego 3 diputaciones cada una (la primera tiene 7 y la segunda 5 diputados). Finalmente, el diezmado bloque denarvaísta renueva 1 de sus 4 diputados (Gonzalo Atanasof) y Lealtad Peronista, la bancada "moyanista" también deberá revalidar uno de sus dos escaños.
En el Senado
La cámara de Senadores disputará 23 de las 46, que se elegirán en las secciones Primera (8), Segunda (11), Cuarta (7) y Quinta (5). Allí, se presenta una situación casi insólita, donde la oposición debe renovares casi en su totalidad.
El FpV solo pone en juego un cuarto de sus 28 bancas, mientras que los bloques opositores renuevan casi "en masa". Así, por ejemplo, la UCR debe renovar 6 de sus 7 bancas, Unión Peronista, 5 de las 6 que posee, mientras que la Coalición Cívica (solo tiene un miembro), el FAP (tres integrantes) y Unión Peronista (también monoblo que) se renuevan por completo.
En otras palabras, de las 23 bancas que siguen, 21 son del FpV, una del radicalismo y una del Pro Peronismo, lo que deja al oficialismo, en casi cualquier escenario, manteniendo la mayoría automática del cuerpo.
Pero como ocurre en Diputados, el "talón de Aquiles" del FpV es su situación interna: de los 7 que se van, solo tres pueden ser considerados "kirchneristas puros". Entre los que se van, en tanto, figuran Osvaldo Goicoechea y Azucena Ehcosor, hoy por hoy, más afuera que adentro del bloque.
Cuatro años, una vida
Si se miran los resultados de las elecciones 2009, difícilmente pueda pensarse que se trate de la misma Legislatura: en ese entonces, los grandes ganadores fueron dos fuerzas opositoras, el Acuerdo Cívico y Social (integrado por la Coalición, el GEN y la UCR) y Unión PRO (donde confluyeron macristas, denarvaístas y felipistas), que se impusieron en 5 de las 8 secciones electorales, haciéndose el primero de 15 diputados y 10 senadores, mientras que el peronismo opositor logró 15 y 7 bancas, respectivamente.
En tanto, el FpV solo ganó las secciones primera, tercera (Conurbano) y octava sección electoral, logrando 16 diputaciones y 6 senadurías.
Esos números, sin embargo, se modificaron dramáticamente: el ACyS se dividió en cuatro bloques de Diputados (CC, FAP, UCR y Radicales del Pueblo) y cuatro de Senadores (CC, FAP, UCR y Cambio Radical), mientras que otros legisladores se sumaron a otras bancadas, como el caso de Natalia Gradaschi, quien actualmente compone Nuevo Encuentro tras su salida de la CC.
Por su parte, Unión PRO estalló en 5 bloques de Diputados y 2 de senadores, mientras que muchos de los legisladores que resultaron victoriosos se fueron desprendiendo del bloque común para sumarse a otras bancadas ya constituidas, como el ya citado caso de Patricia Roca o Cristina Di Rado, quien asumió por el fallecido Gastón Guarracino y, tras un breve paso por Unión Pro Peronista, devino kirchnerista.
Pero el Frente para la Victoria no estuvo exento de "cambios": en cuatro años perdió a los sindicalistas Jorge Mancini y Héctor Martínez (ingresó en 2011), ambos alineados con Hugo Moyano. En el Senado, Roque Cariglino, quien fue electo en las listas del kirchnerismo, se sumo a Unión Pro Peronista tras la ruptura de su hermano Jesús, el intendente de Malvinas Argentinas.