Domingo 21 de Julio de 2013
Las bandas dejaron de lado los electrónicos porque ahora los trasladan en transportes de caudales. Según informes privados, estos robos provocan pérdidas de $800 millones al año a las empresas.
-¿Ya está la carne?
-Sí, en el freezer del quincho.
-¿Y los jugadores?
-Tenemos a los 9.
-¿Consiguieron al arquero?
-Sí, hay que llamarlo a la noche.
La charla podría ser la de cualquier previa de un asado con fútbol entre amigos. Pero no: en este caso corresponde a una conversación en clave de una banda de piratas del asfalto que fue desarticulada en marzo de este año en Zárate. Así, donde dice “ carne ” debe leerse “armas”; los “ jugadores ” eran los participantes del golpe y el “ arquero ” el hombre con el dato clave del objetivo a robar: un camión con una carga nunca menor a los 200.000 pesos. “Por debajo de esa cifra, el golpe no es rentable; no justifica poner en marcha toda la logística necesaria”, explicó a Clarín el coordinador de la Mesa Interempresarial de Piratería de Camiones, Gabriel Iezzi.
Este foro, creado en 2009, realiza estadísticas anuales sobre cómo operan las bandas dedicadas a asaltar transportes de carga. Uno de los datos más llamativos relevados el último año muestra que los ladrones ya no apuntan tanto a los productos de alto valor agregado, como los electrodomésticos o artículos electrónicos (apenas 8% de los golpes), sino que prefieren los artículos de consumo masivo: alimentos (31%), perfumes (20%) y medicamentos (11%).
“Esto tiene que ver con que cayó la demanda de electrodomésticos y las bandas de piratas –que serán entre 8 y 10 en todo el país– no roban aquello cuya venta no esté asegurada ”, detalló Iezzi.
Este estudio se hizo en base a 1.628 golpes relevados por esta mesa antipiratería, que reúne a unas 80 empresas de transporte y logística, además de organismos oficiales como el Ministerio de Seguridad de la Nación, sus pares de Capital y provincia de Buenos Aires, fuerzas policiales y entes recaudadores como ARBA y AFIP. También, las cuatro fiscalías específicas en piratería del asfalto que se crearon a instancias de este foro: las de Escobar, San Martín, Lomas de Zamora y Zárate.
El promedio de robos es de 4 por día, casi 150 al mes. “Esto genera pérdidas a las empresas por casi 800 millones de pesos anuales”, explicó Iezzi. Otro dato significativo: nueve de cada diez robos ocurren a no más de 50 kilómetros del Obelisco. El 67% se producen en el conurbano, el 22% en la Ciudad y el resto en el interior del país. Las zonas preferidas: el 52% de los robos se da en el sur del GBA; el 31% en el oeste; y el 17%, en el norte. El partido con más golpes es Lomas de Zamora (18%), mientras que Parque Patricios (13%) es el barrio porteño más afectado. La zona sur desplazó a la norte en la preferencia de las bandas, se aseguró en un encuentro de la Asociación Argentina de Logística (Arlog). Esto es por la presencia de fiscalías específicamente dedicadas a la piratería, indicaron.
“Lo importante de las fiscalías temáticas es que todas las causas caen en el mismo investigador. Entonces es más fácil tener presentes los casos previos y extrapolar datos para poder dar con los autores de muchos de estos golpes que, por lo general, ya participaron en alguno anterior; si cayesen en cualquier otra fiscalía esta posibilidad de entrecruzar datos sería virtualmente imposible”, dijo a Clarín Edgardo Ledesma, fiscal de San Martín.
En la Mesa Antipiratería coinciden: es clave centralizar la investigación porque se trata de una modalidad de delito organizada y que pone mucha logística en juego. “Tienen estructura piramidal: un líder que planifica el golpe según un pedido específico de mercadería que le hacen, un jefe intermedio y, en la base, están los ‘ gatilleros ’, la fuerza de choque que da el golpe, a la que se le promete una suma pre-acordada por cada hecho”, explicaron a Clarín.
Después, entran a jugar otros integrantes hasta sumar 10 ó 20, según la magnitud del golpe: el especialista en electrónica (ver “El técnico...), el reducidor o acopiador de la mercadería y el que aporta el dato. Por información sobre un camión con buena carga se pagan hasta 50.000 pesos, aseguran. Y por “buena carga” se entiende, por ejemplo, relojes de alta gama como los que robaron en septiembre de 2011 en plena autopista Perito Moreno. Allí, un grupo de ladrones vestidos de policías hizo detener al chofer frente a miles de testigos y se llevó una carga valuada en US$ 350.000. Este engaño con uniformados es casi habitual (ver “El camión...”).
Iezzi contó que por este motivo creció el negocio de las transportadoras de caudales que ofrecen el servicio “Carga Segura” a las empresas de tecnología. Del otro lado, las bandas mutan para sortear estos límites: el fiscal Ledesma alertó que, como hay más controles ruteros, muchos ahora apuntan a los depósitos donde cargan los camiones. “En mayo del año pasado, una banda se llevó 2 millones de pilas de un galpón de Del Viso”, ejemplificó.