Miércoles 25 de Septiembre de 2013
El Obispado de Morón confirmó la sanción eclesiástica contra el sacerdote. "La única alternativa que le queda es hacerlo en la soledad de su celda", explicaron fuentes. El detenido fue trasladado a Campana.
El padre Julio César Grassi no podrá ejercer su ministerio sacerdotal en público y solo podrá celebrar "misa privada", a raíz de que el Obispado de Morón confirmó ayer la sanción eclesiástica en su contra, y elevó a la Santa Sede "una investigación e informe de todo el proceso y actuación" del sacerdote. Fuentes eclesiásticas dijeron que Grassi, condenado a quince años de prisión por abuso sexual de menores, no puede "celebrar misa y tampoco impartir ningún sacramento, como bautismo o casamiento".
"Tampoco podrá celebrar misa en la cárcel, solo podrá hacerlo en privado, es decir sin asistencia de fieles. La única alternativa que le queda es hacerlo en la soledad de su celda", precisaron las fuentes. Las mismas recordaron que la prohibición del ejercicio "público" del ministerio sacerdotal "no es nueva" y fue dispuesta hace "cinco años" por el obispo de Morón, monseñor Luis Guillermo Eichhorn.
Pese a que Grassi deberá cumplir la condena en una prisión de la localidad bonaerense de Campana, el Obispado de Morón, a cuyo clero pertenece, decidió esperar que la defensa del sacerdote agote todas las instancias de apelación para iniciar el proceso canónico. No obstante, remitió al Vaticano "una investigación e informe de todo el proceso y actuación". De mantenerse firme la condena por abuso sexual agravado, a Grassi puede caberle una dura condena canónica.
El Obispado deberá girar entonces el expediente a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que deberá decidir si le cabe la suspensión de por vida en el ejercicio del ministerio sacerdotal.
Las "dudas" del Obispado
El Obispado de Morón expresó ayer más temprano sus "dudas acerca de la culpabilidad" del cura; anunció que lo acompañará con la oración mientras permanezca tras las rejas y postergó una resolución canónica sobre el religioso hasta que haya "condena firme". No obstante, el Obispado a cargo de monseñor Luis Guillermo Eicchorn resolvió enviar los informes del caso al papa Francisco para que se evalúe la situación.
Grassi quedó alojado en una cárcel con mayor seguridad, la de la ciudad de Campana, donde está cumpliendo su condena Carlos Carrascosa, sentenciado por el crimen de su esposa, María Marta García Belsunce. El Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Morón había dispuesto que el cura quedara preso para cumplir la condena dictada en 2009 y ratificada por el Tribunal de Casación y la Suprema Corte bonaerenses, pero entendió que debía estar en la cárcel de mediana de seguridad de Ituzaingó, jurisdicción del Obispado de Morón. Hasta allí fue llevado, donde pasó la noche, pero ayer el Servicio Penitenciario Bonaerense le informó al TOC que había resuelto trasladarlo a un penal de mayor seguridad.
