Miércoles 11 de Septiembre de 2013
Rubén Darío Domínguez realizaba tareas de albañilería en la casa que habitaban una mujer de 70 años y su hija de 32. Mató a la anciana, abusó de la joven y luego la asesinó. El hecho ocurrió en 2011.
La investigación avanzó a raíz de la activación de un teléfono celular.
El Tribunal Oral en lo Criminal 1 de San Isidro condenó a prisión perpetua a un albañil de nacionalidad paraguaya por el doble homicidio de una septuagenaria y su hija, a la cual antes había violado, en una vivienda de San Fernando. La condena recayó sobre Rubén Darío Domínguez, acusado de haber matado el 27 de diciembre de 2011 a Antonia Teresa Medina, de 70 años, y a su hija, Luciana Gómez, de 32, cuando realizaba trabajados de albañilería en la casa de ambas mujeres.
Según se ventiló en el juicio, Domínguez primero asesinó a la septuagenaria a golpes y cuchilladas, y luego abusó sexualmente de la hija en el dormitorio de la vivienda, para posteriormente asesinarla por ahorcamiento. El TOC 1 de San Isidro llegó a su veredicto luego de haber escuchado el pedido de los fiscales Alejandro Musso y Carolina Carballido, acusando a Domínguez de robo, abuso sexual agravado con acceso carnal y homicidio agravado criminis causa.
El crimen ocurrió en la casa de la calle Perón 90 de San Fernando, en el norte del Gran Buenos Aires, donde fueron hallados los cuerpos de Medina, asesinada a golpes y con un puntazo de arma blanca en el estómago, y de su hija, encontrada boca arriba en la cama y semidesnuda. El encargado de avisar a la Policía sobre el doble crimen fue el propio Domínguez.
La investigación avanzó a raíz de la activación del teléfono celular que le había sido robado a una de las víctimas y que permitió localizar a Domínguez. Pero las pruebas en su contra se acrecentaron por las marcas que había dejado un par de zapatillas en la escena del crimen, sobre unos rastros de cal, y que fueron secuestradas en la casa del albañil cuando fueron a detenerlo.
Los peritajes sobre el cadáver de la más joven de las víctimas determinaron que los rastros de semen coincidían con el ADN del detenido. En su indagatoria, Domínguez intentó negar el delito de violación diciendo que era novio de la joven, pero ningún testigo confirmó esa versión.