Jueves 25 de Julio de 2013
El convoy, con 13 vagones y 218 pasajeros, salió de las vías en Galicia, en la víspera de la festividad regional de Santiago de Compostela. El exceso de velocidad se baraja como causa del siniestro.
Un tren Alvia de alta velocidad descarriló anoche en Galicia, en el noroeste de España, dejando al menos 60 muertos y 141 heridos, algunos de extrema gravedad.
Se trata de una de las peores tragedias ferroviarias en la historia del país. Aunque algunos testigos hablaron de una explosión, el gobierno de Mariano Rajoy aseguró que se trató de un accidente, descartando un atentado. Un exceso de velocidad se barajaba como posible causa del siniestro.
El tren, con 13 vagones y 218 pasajeros además de la tripulación, descarriló por la noche por causas aún desconocidas -y que se están investigando- en las inmediaciones de Santiago de Compostela, la capital gallega. Había partido de Madrid por la tarde y se dirigía a Ferrol.
El delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez, dijo de madrugada que al menos 60 personas fallecieron en el accidente y ya fueron identificadas, pero advirtió de que el número de fallecidos podría aumentar ya que faltaba por mover algún vagón del tren accidentado.
El número de heridos atendidos en hospitales ascendía a 141, según las autoridades sanitarias gallegas. De ellas había cinco graves que no habían podido ser identificadas.
Tramo difícil
El tren se salió a las 20.41 (15.41 de Argentina) de la vía en una zona con una curva cerrada, cerca de la entrada de la estación de Santiago de Compostela. El tramo fue calificado como "difícil" por los técnicos cuando fue inaugurado. La máquina del tren y los cuatro primeros vagones descarrilaron, según testigos.
El convoy salió de la estación de Madrid-Chamartín a las tres de la tarde y tenía que haber llegado a Ferrol a las 10.30 de la noche. Los ocho vagones volcaron y uno de ellos acabó convertido en un amasijo de hierros. El impacto fue de tal magnitud que uno de los vagones voló sobre un talud a cinco metros de altura y quedó a 15 de distancia de la vía. El motor de una de las máquinas, una mole inmensa, salió despedido por el choque.
Un amplio despliegue de servicios de emergencia se desplazó al lugar rápidamente gracias a que la ciudad iba a vivir una de las noches, la de su patrón, en la que más Policía y ambulancias se preparan. Miembros de este dispositivo reconocieron que esta coincidencia había facilitado la atención rápida a las víctimas.
Los servicios rescataron a personas atrapadas en los vagones. Uno de ellos había ardido. Otro había volado sobre un talud de cinco metros. El resto de los vagones volcó. Algunos quedaron completamente destrozados.
Hasta el lugar se desplazaron dotaciones de Policía, bomberos y equipos sanitarios, mientras los vecinos de la zona se lanzaban a las vías a socorrer en un inicio a las víctimas y muchos gallegos acudían a los hospitales cercanos a donar sangre para los heridos, trasladados a varios centros hospitalarios.
Los cadáveres recuperados del tren fueron situados junto a las vías, tapados con mantas. Los cuerpos iban a ser llevados después a un polideportivo.
"Descarrilé, qué le voy a hacer"
Fuentes de la investigación citadas por medios españoles apuntaban a un posible exceso de velocidad como causa del siniestro, si bien un portavoz de Renfe, la operadora pública ferroviaria, calificó de "muy aventurado" atribuir tan pronto lo sucedido a esa causa. "Como hipótesis no se baraja ni una cosa ni otra", dijo.
Los dos conductores del tren salieron ilesos del siniestro. Su testimonio será clave para aclarar las causas. "Descarrilé, qué le voy a hacer, qué voy a hacer", decía uno de ellos mientras hablaba por teléfono móvil, citado por la edición online del diario La Voz de Galicia. Otras fuentes aseguran que el tren circulaba a 180 kilómetros por hora, cuando el límite en ese tramo es de 80, aunque en la recta previa pueden alcanzarse 250 kilómetros.
El suceso tuvo lugar cuando la comunidad autónoma se preparaba para vivir hoy el día de Santiago, la fiesta más importante de la región española. El Gobierno regional suspendió todos los actos festivos.
Solidaridad
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, envió un mensaje de solidaridad con las víctimas a través de Twitter, en el que calificó de "terrible" lo sucedido. Hoy viajará a Santiago de Compostela para informarse in situ sobre lo sucedido.
La ministra de Fomento, Ana Pastor, se desplazó anoche hasta allí. El rey Juan Carlos se puso en contacto con ella y con el presidente del Gobierno regional de Galicia, Alberto Núñez-Feijóo, para informarse del accidente.
