Lunes 9 de Septiembre de 2013
River le ganó 3-0 a Tigre en el Monumental. Los "millonarios" marcaron los tantos en los primeros veinte minutos del segundo tiempo. Lanzini por dos y Simeone fueron los autores de las conquistas.
La primera conquista de Manuel Lanzini en el nacimiento del segundo tiempo fue suficiente ayer para derrumbar a Tigre y River lo goleó 3-0, para regocijo del Monumental. Con dos goles de Lanzini y uno de Giovanni Simeone (el primero oficial para el hijo del "Cholo"), el equipo de Ramón Díaz apabulló a un Tigre que sufrió su tercera caída consecutiva y se encuentra cada vez más complicado en la tabla de los promedios. Los "millonarios" están distantes de la cima en el Torneo Inicial, pero completaron así una semana que se empezó a encaminar el jueves con la clasificación obtenida ante San Lorenzo para acceder a los octavos de final de la Sudamericana.
River asumió el protagonismo desde el comienzo e intentó ser prolijo, con la pelota al piso, pero sin la movilidad ni el volumen de juego necesario para llevar peligro hasta la valla de Tigre. La visita esperaba replegada en su campo el momento oportuno para lastimar de contra, algo que no ocurrió ni una sola vez a lo largo de la primera etapa. Sin embargo, los dirigidos por Diego Cagna se mantuvieron siempre bien ordenados y lograron imponer su rigor físico, por lo que anularon a la joven dupla de ataque de River, que solo se acercó al arco de Javier García con disparos desde afuera y alguna arremetida aislada del colombiano Carlos Carbonero.
El segundo período tuvo un desarrollo absolutamente distinto y eso ocurrió a partir del primer gol de Lanzini que se concretó antes de que se cumpliera el minuto de juego. El jugador se apoderó de una pelota dividida partiendo de su propio campo, avanzó hacia el arco contrario valiéndose de las dudas de la última línea visitante y desde la puerta del área definió abajo y a la izquierda de García.
Tigre nunca se recuperó, anímicamente quedó aniquilado, probablemente porque se trató de su tercer revés consecutivo, y dio la impresión de haberse convertido en un espectador del cotejo. Así la facilidad que ofreció el adversario animó a River a ir en la búsqueda del segundo gol y lo consiguió a los 17', producto de la inseguridad del propio Tigre, que había hecho un buen primer capítulo. Andrada forzó una situación de desconcierto en la medialuna, los defensores se hicieron un nudo y el balón rebotó hacia los pies de Simeone, quien resolvió con un potente disparo ascendente.
Casi inmediatamente vino el tercero, a los 20', y Tigre ya no encontró remedio para sus males. Para ese entonces River contaba con muchos espacios, Andrada sacó un disparo dentro del área, García se arrojó hacia su derecha, dio rebote y Lanzini empujó hacia el arco desnudo.
