Eran tres puntos importantísimos ante un rival directo para escalar posiciones. Es un triunfo vital para la clasificación, pero la actuación fue más que preocupante. Chile fue muy superior en el complemento y no mereció perder.
La Roja tuvo el dominio del juego la mayor parte del partido, mientras una equipo argentino impreciso y desordenado, se tuvo que dedicar a aguantar defensivamente el resultado durante todo el segundo tiempo. Messi no tuvo la peligrosidad que se espera de él, Di María solo iba con velocidad pero sin ideas, Agüero no provocó situaciones y en su lugar entró Banega quién  no entró en control de juego, e Higuaín otra vez parece un delantero del montón cuando juega con la Selección.
   
Por su parte, los chilenos siempre estuvieron a tiro del empate bajo la conducción ofensiva de Alexis Sánchez, bien acompañado por Eduardo Vargas y con el ingreso de Castillo (por Fuenzalida) en el complemento. Chile fue para adelante hasta el final, donde se lo notó más  agotado por el esfuerzo realizado en todo el partido, sin recompensa. Mientras Argentina rogaba para el árbitro le ponga final al partido. Así Bauza, quien quería ganar de cualquier manera, se fue tranquilo y sin hacer autocrítica luego ante la prensa.

"Para mí, no jugamos un partido flojo; jugamos un partido brillante", arrancó Edgardo Bauza en la conferencia sorprendiendo a todos los periodistas. Pareció a modo de burla.  Y continuó de esa manera: "Me gustó todo del equipo. Jugamos diez puntos porque ganamos. El equipo no es Messi-dependiente. Para mí cuando hicimos el gol el partido estaba cerrado".

Alarmante el nivel mostrado por el equipo argentino, pero más alarmante que el entrenador no reconozca un equipo que jugó mal, o lo que es peor: que en realidad piense que jugó diez puntos. Argentina ganó un partido fundamental. Pero será fundamental mejorar mucho para aspirar a continuar en zona de clasificación a Rusia 2018. Porque jugando así, va a perder más de lo que va a ganar.