Martes 8 de Octubre de 2013
La mítica banda Black Sabbath con Ozzy Osoburne a la cabeza dejó en claro el domingo en el Estadio Unico por qué es la fundadora del género más denso y oscuro del rock.
Ozzy Osoburne y sus compañeros de Black Sabbath ofrecieron el domingo un inolvidable concierto en el Estadio Unico de la Plata, en donde expusieron a libro abierto el origen de heavy metal, sus raíces, variantes y estilos.
Con una actuación notable, los Sabbath confirmaron su título de padres fundadores del heavy metal, y en cada canción, cada riff, cada golpe de batería, pusieron en evidencia dónde se inicio todo.
Ozzy, el notable guitarrista Tony Iommi y el bajista Geezer Butler son la piedra fundacional del género y solo basta con escuchar cada canción para saber de dónde surgieron Iron Maiden, Judas Priest, Metallica y hasta sus teloneros Megadeth.
Ozzy es sin dudas el "Príncipe de las Tinieblas", pero Iommi forjó todos y cada uno de los riffs donde abrevaron James Hetfield, Kirk Hammet, Dave Mustaine y varios guitarristas claves del heavy moderno.
En esas tres viejas Gibson SG y casi sin pedalera comenzó todo, se continúo en las oscuras y siniestras letras del bajista Geezer Butler y en el andar alocado, descontrolado, de paciente esquizofrénico de Ozzy, se pueden encontrar los pilares del heavy.
El viejo baterista Bill Ward fue reemplazado por Tommy Cufletos, integrante de la banda de Ozzy, quien confirmó con garra demoledora, potencia notable y justeza exquisita, por qué merece hacerse cargo de los parches en esta gira regreso de Sabbath.
Un escenario íntegramente negro, con el pequeño angelito diabólico de Sabbath iluminado con poderoso rojo, con una pantalla gigante detrás de Cufletos y dos más, una en cada costado, fueron el marco para una noche impactante.
Ozzy es un frontman notable, evitó cualquier tic de anciano y se puso en la piel del protagonista de cada canción, sonando diabólico cuando la canción necesitaba,
loco y desquiciado en otras y completamente sombrío en otras.
El concierto abrió con un clásico "War Pigs" de su segundo disco, que confirmó una vigencia notable ya que allá en 1970 era una diatriba contra los políticos de esa época y contra la Guerra de Vietnam.
En la gigantesca pantalla ubicada detrás de Cufletos comenzaron a exhibirse escenas de exorcismos, de rituales vudú, de paranoicos pastores televisivos, mientras Ozzy recitaba la letra de "Under the sun" del disco "Black Sabbath vol 4" (1972), donde la banda carga contra el fanatismo religioso y la manipulación de las sociedades a partir de la fe de la gente.
Con los fans y los músicos entrados en calor, llegó el turno de la primera canción de "13", su disco del regreso, "Age of reason" en la que Iommi genero un riff bien denso y se apoyó en la virtuosa base que conforman Butler y Cufletos.
Luego de un intermedio, con Cufletos aporreando la batería, Ozzy, Butler y Iommi emergieron juntos para tocar una canción clave en el nacimiento del metal, "Iron Man", en una versión apoteótica con todo el estadio coreando el riff y el trabajo de Iommi. Después de la nueva "God is dead", los Sabbath se pusieron más hard rock con "Dirty Woman" y al momento de "Children of the grave" Ozzy estuvo a un ápice de lograr que la multitud demoliera el Unico, solo con el sacudir de sus cabezas.
Tras un breve descanso, la banda volvió para tocar "Paranoid", el clásico más grande de la historia del metal, que operó como cierre ideal para una noche en la que los Sabbath sonaron estupendos y dejaron en claro por qué son los fundadores del género.
La previa con Megadeth
Los acordes oscuros empezaron a sonar cerca de las 19 con los locales Horcas, que brindaron un concierto para los que desde temprano ya se habían parado frente al escenario. Cayó la noche y fue el turno de Megadeth. Dave Mustaine al frente de esta nueva formación dio un compacto show de una hora, con una gran puesta de tres pantallas sobre el escenario. Más tarde, llegaron La Filarmónica del Colorado y el clásico ritual del "Aguante Megadeth" a la par del riff de "Symphony of Destruction", "Peace Sells" y la aparición de la mascota de la banda sobre el escenario: Vic Rattlehead.