Martes 29 de Septiembre de 2015
El nacimiento prematuro es una de las primeras causas de muerte infantil en el mundo. En Argentina se estima que el 8% de los neonatos son prematuros. Algunos de ellos, principalmente los que pesan menos de 1500 g, no sobreviven a la primera semana de vida.
Según la OMS, los bebés prematuros son aquellos que nacen antes de que se cumplan las 37 semanas de gestación. Estos bebés nacen sin haberse desarrollado completamente y son mucho más vulnerables ante las enfermedades y virus.
Cuanto menor es su peso más riesgo tienen de tener problemas severos de salud. Los bebés muy prematuros tienen dificultades incluso para alimentarse y pueden tener complicaciones en su desarrollo neurológico, cognitivo o motor. También pueden sufrir problemas respiratorios o cardíacos. Cuanto más prematuro es el niño mayores riesgos tendrá de padecer severos problemas de salud.
En este ámbito es importante crear una serie de protocolos centrados en dos áreas de acción: la prevención del parto prematuro y la atención del recién nacido prematuro.
Prevenir el parto prematuro
Si se detectan a tiempo los factores que pueden provocar un parto prematuro es posible prevenir que ocurra, aunque no en todos los casos. Sin embargo, insistir en la necesidad de que la madre tenga buenos hábitos y en que se realice un seguimiento apropiado del embarazo puede ayudar a reducir la tasa de partos prematuros.
Se debe hacer hincapié en que las mujeres embarazadas tengan un estilo de vida saludable. El consumo de tabaco, alcohol y otras drogas es uno de los principales factores de riesgo que pueden provocar un parto prematuro, pero también es uno de los pocos factores que la mujer embarazada puede controlar.
También se debe mantener una dieta adecuada y evitar ganar demasiado peso. Las mujeres con sobrepeso tienen mayor riesgo de tener un parto prematuro, por lo que es conveniente seguir una dieta balanceada y con porciones apropiadas para ganar únicamente el peso recomendado durante el embarazo.
Si existen otros factores de riesgo, como antecedentes de parto prematuro, un aborto espontáneo o que la mujer tenga algún tipo de malformación uterina, se debe realizar un control médico más exhaustivo para vigilar el embarazo y prevenir en la medida de lo posible que el bebé nazca demasiado pronto.
Cuidado del bebéprematuro
Si a pesar de haber tomado todas las precauciones se produce un parto prematuro, se debe proceder a facilitar todos los medios para que el niño se desarrolle fuera del útero materno y gane peso hasta llegar a los valores normales y se le considere fuera de peligro.
Para ello se deben implementar en las maternidades protocolos que faciliten que el recién nacido reciba todas las atenciones que requiere, además de que se pueda beneficiar del contacto con sus padres y de la lactancia materna desde el primer momento de vida, ya sea con leche de la propia madre, o proporcionada por un banco de leche en el caso de que la bajada de la leche de la madre tarde algunos días.
Mientras el bebé está internado se debe formar a los padres para que sepan cómo deben tratar al bebé una vez que reciban el alta médica. Asimismo se debe facilitar que pueda estar en contacto constante con sus padres: la aplicación del método canguro, en el que el bebé está piel con piel con su madre o su padre ha demostrado tener consecuencias muy positivas en el desarrollo de los niños prematuros.
Aunque no se pueden evitar el 100% de los partos prematuros, sí se puede trabajar para reducir la tasa de mortalidad de los bebés que nacen antes de tiempo o con muy bajo peso. Con un trabajo en conjunto de los hospitales y los padres se puede conseguir que cada vez sean más los niños que superan esta fase y se desarrollan fuertes y sanos.
Por María JoséMadarnás, editora de Maternidad Fácil.
