Lunes 8 de Abril de 2019
Los insecticidas, el calentamiento global y los cambios en el uso del suelo atentan contra las distintas especies de insectos que habitan en el país como las luciérnagas, las mariposas y las abejas, fundamentales para el desarrollo de plantas y cultivos por ser polinizadoras.
“El calentamiento global y el cambio de temperatura dañan a todas las especies que no pueden adaptarse y muchas de ellas están en peligro“, explicó Guadalupe del Río, investigadora adjunta del Conicet de la división Entomología del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de La Plata, parte del equipo que desarrolla el primer portal web sobre insectos que habitan en la Argentina y Uruguay.
“Se ven afectados los insectos benéficos como las abejas, mariposas y luciérnagas que son, en su mayoría polinizadoras, lo que perjudica el desarrollo de plantas”, aseguró la científica y precisó que perjudica a los insectos la siembra directa sin laboreo de la tierra y el monocultivo como el de la soja.
Del Río manifestó que la cantidad de abejas disminuyó en los últimos años en la Argentina “también por la fumigación de los campos con insecticidas y porque levantaron lugares que tradicionalmente tenían flores y diversidad de especies vegetales para sembrar soja u otro monocultivo”.
“Le sacaron la fuente de alimento, el néctar de las flores. Sólo en Córdoba, este año se mataron a 50 millones de abejas”, ejemplificó.
La investigadora expuso que, a la vez, la “modificación de los ambientes, como la tala, el desmonte, la pérdida de selvas y pastizales naturales, así como el avance de los cultivos hace que se mueran muchas especies”. Ello afecta a las mariposas o las luciérnagas “restringiendo su distribución, que a la vez son muy sensibles a las temperaturas y al calentamiento global que estamos sufriendo”.
La especialista remarcó que “se pierden muchas especies buenas por el uso de pesticidas” y aclaró que, en cambio, los insectos urbanos como los mosquitos o cucarachas “no se ven afectados por los insecticidas o el calentamiento porque están cerca de los domicilios, en otro tipo de hábitat, y tienen mayores lugares donde desarrollarse, comer y hacer su ciclo”.
“Muchas veces se usan insecticidas para combatir plagas y se termina matando a insectos que son buenos porque se comen a otras plagas o que son polinizadores. Por eso, se está tratando de hacer cultivos orgánicos y disminuir los riesgos”, dijo.