Miércoles 4 de Marzo de 2015
El mendocino Maximiliano Mattioli llevaba una cómoda vida en España, trabajando en bares de Ibiza y Barcelona y mirando partidos de la Champions, hasta que un día sintió que debía viajar a Irak para luchar contra el Estado Islámico, asqueado de las brutales "locuras" del grupo yihadista.