Jueves 2 de May de 2013
En una de sus peores crisis económica, Europa conmemoró el Día del Trabajador con actos y marchas de rechazo a las políticas de ajustes que impusieron sus gobiernos y profundizaron el desempleo y la calidad de vida, pese a que las movilizaciones no fueron tan masivas como en otros años.
España, Grecia, Italia y Portugal fueron los principales escenarios de las marchas multitudinarias, de los reclamos más desesperados y de las críticas más descarnadas contra el "cerebro" detrás de la receta de ajuste europeo, la "troika" que conforman la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI.
En España más de 40.000 personas se manifestaron en Madrid, 160.000 en Cataluña y 20.000 en Galicia, según algunas de las cifras aportadas por los sindicatos.
Las centrales obreras españolas, que advirtieron que la sangría de 6,2 millones de desocupados supone una "emergencia nacional", habían convocado -bajo el lema "No tienen límite. Lucha por tus derechos"- más de 80 protestas en las principales ciudades del país, que se desarrollaron de forma pacífica.
"Hemos salido a decir basta ya de esta forma de gobernar la economía, la policía y la sociedad", aseguró el líder de Comisiones Obreras (CC.OO.), Ignacio Fernández Toxo, al pronunciar un discurso en la Plaza del Sol al cierre de la multitudinaria manifestación de Madrid.
Las manifestaciones del 1ro. de mayo tuvieron lugar tras la aprobación de un nuevo ajuste por parte del Ejecutivo del derechista Partido Popular, que prevé recortar 3.000 millones de euros más, y después de que el desempleo escaló hasta el 27,16% de la población activa.
En Grecia, otro de los países de la eurozona que fue "rescatado" por la "troika" europea y ahora enfrenta un ajuste millonario tras otro, vivió hoy su segunda huelga general del año en protesta por los nuevos recortes presupuestarios del gobierno.
La medida fue convocada por los principales sindicatos, aprovechando que la celebración del Día del Trabajador había sido postergada a la próxima semana por el gobierno griego para que coincidiera con la Pascua ortodoxa.
La huelga se hizo sentir en la administración pública, los bancos, el transporte marítimo, ferrocarriles y la industria, dijo una portavoz del principal sindicato griego, GSEE, quien aseguró que la protesta fue "realmente buena" en esos sectores, informó la agencia de noticias EFE.
Sin embargo, la huelga no se sintió entre los comerciantes, ya que la decisión del gobierno de modificar el día festivo y la proximidad de la Pascua Ortodoxa, que se celebra el domingo, los impulsó a abrir los negocios.
"La economía no va a resucitar con ayuda del gobierno, de los banqueros ni del sistema político corrupto. Resucitará gracias a la lucha de los trabajadores", dijo en su discurso el líder del partido izquierdista Syriza, Alexis Tsipras.
En Italia, mientras el recién asumido primer ministro Enrico Letta visitaba al presidente francés François Hollande para pedirle apoyo frente a la "Troika”, que reclama que Italia imponga nuevos recortes, en la ciudad de Perusa los tres principales sindicatos italianos marcharon pidiendo empleo y seguridad social.
Susanna Camusso, líder de la CGIL, el sindicato más numeroso de Italia, dijo que "sin trabajo el país muere y este país no puede morir", informó la agencia de noticias ANSA.
Por su parte, Laura Boldrini, presidenta de la Cámara de Diputados, al participar en un acto realizado en Palermo, Sicilia, afirmó que "la emergencia del trabajo hace que la víctima se convierta en verdugo, como lamentablemente ocurrió días pasados" con el tiroteo frente a la sede de gobierno.
Boldrini hizo referencia al episodio del lunes, cuando un desocupado disparó contra dos carabineros, uno de los cuales sigue grave, en el día que juraba el gobierno del nuevo premier Enrico Letta.
El otro país que sufre la inconmovible política de austeridad, impulsada por la “troika” y el gobierno alemán, es Portugal.
Miles de personas, convocadas por los principales sindicatos, marcharon hoy por las calles de Lisboa, mientras que otras protestas recorrieron de norte al sur del país, en decenas de ciudades como Oporto, Coimbra, Evora o Faro.
En la mayoría de las manifestaciones el reclamo dominante volvió a ser contra los recortes y las políticas de austeridad del gobierno de Pedro Passos Coelho, así como gritos y consignas contra la “troika”, cuyo "rescate" de 78.000 millones de euros no ha servido para sacar a Portugal de la recesión ni para evitar el aumento del desempleo.
Los dos motores económicos de la Unión Europea, Alemania y Francia, también fueron escenario de importantes marchas.
En el caso de Alemania, unas 425.000 personas salieron a las calles convocadas por los sindicatos, principalmente en solidaridad con la crisis que envuelve a los pueblos del sur de Europa y en rechazo a la doctrina de austeridad impulsada por la canciller alemana, Angela Merkel, dentro de la Unión Europea.
En Francia, en cambio, la tradicional manifestación por el Día de los Trabajadores estuvo marcada por un contexto de recesión y desempleo récord, por la impopularidad del gobierno socialista de Hollande y por la división de los principales sindicatos del país.
A pesar de que el descontento de los franceses con Hollande continúa en aumento, la división de las centrales sindicales francesas luego de las diferencias en torno a la reciente reforma laboral, apoyada por tres de los ocho sindicatos galos, empañó la conmemoración del 1ro. de mayo.
Como señal de estas divisiones, hubo tres manifestaciones diferentes en Francia, dos de ellas en París.
Fuera de la eurozona, pero no lejos de la crisis europea, el Reino Unido vivió hoy una jornada de protestas que sorprendió por su falta de convocatoria.