Jueves 16 de Enero de 2014
Un grupo de investigadores británicos atraparon a una red de pedofilia internacional que cobraba a la gente por ver transmisiones en vivo en las que se veía a niños filipinos que sufrían abuso sexual, según las autoridades.
La operación inició en 2012 y resultó en la detención de 29 personas; 11 de ellas pertenecían al grupo que facilitaba los abusos en Filipinas, según un comunicado que emitió el miércoles la Agencia Nacional contra el Crimen de Gran Bretaña (NCA, por sus siglas en inglés).
Algunas de las personas que hacían los arreglos para los abusos que se grababan en cámaras web eran familiares de los niños, señalaba el comunicado.
En Filipinas se rescató a 15 niños de entre seis y 15 años, señaló la agencia británica. La investigación fue la labor conjunta de la NCA, la Policía Federal australiana, y la Agencia de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos.
La operación empezó cuando la policía británica encontró "videos inmorales" en las computadoras domésticas de un agresor sexual conocido. La investigación posterior finalmente reveló el abuso que se perpetraba en Filipinas y a las personas de otros países que estaban involucradas en la red de pedofilia, señaló la NCA.
Se arrestó a 17 personas en Gran Bretaña y se procesó a cinco, según la agencia. "En esta investigación se ha identificado a algunos agresores sexuales extremadamente peligrosos que creían que podían salir impunes al pagar para que abusaran de los niños", dijo Andy Baker, subdirector del comando para la Explotación Infantil y Protección en Línea de la NCA.
"Estar a miles de kilómetros de distancia no cambia su culpabilidad. Para mí, son tan responsables por el abuso de estos niños como los abusadores en el extranjero", dijo.
El azote de internet
Los defensores de los derechos de los niños dicen que los delitos sexuales cibernéticos pueden ser difíciles de rastrear ya que la naturaleza privada de la tecnología permite que los delitos se perpetren en un sitio al que las autoridades no pueden llegar fácilmente, lo que dificulta la recopilación de pruebas en contra de los perpetradores.
Las condiciones en Filipinas, la pobreza generalizada, el tráfico sexual establecido, una población predominantemente angloparlante con educación tecnológica y acceso generalizado a internet, han expuesto al país a esos abusos.
"La base de clientes extranjeros es extensa y rica comparativamente, lo que ha llevado a que los grupos del crimen organizado exploten a niños para obtener ganancias económicas", señaló la NCA.
La agencia británica mencionó unas conversaciones en línea en las que dos de los hombres a los que se condenó gracias a la investigación, Timothy Ford y Thomas Owen, discutían las formas para viajar a Filipinas para participar directamente en el abuso de los niños.
En un chat por internet, Ford, quien usa silla de ruedas, propuso que Owen fingiera ser su cuidador para evitar que los atraparan, señaló la agencia.
En marzo se sentenció a Ford a ocho años y medio de prisión; Owen recibió una sentencia de siete años en julio. La NCA señaló que se habían pagado más de 37.500 libras esterlinas (61.300 dólares) a la red delictiva para ver cómo abusaban de los niños.
Se están desarrollando otras tres investigaciones de las transmisiones en vivo del abuso sexual de niños y se ha identificado a 733 sospechosos en todo el mundo, según la agencia.