Viernes 26 de Julio de 2013
"No quise llegar hasta este punto", habría dicho el marido de Susana Leiva cuando era trasladado, ya detenido. Hoy declarará bajo el cargo de "homicidio calificado". La mujer murió estrangulada el viernes a las 2, pocas horas antes de ser considerada desaparecida.
El fiscal que investiga el crimen de Susana Leiva, la empleada doméstica que el miércoles encontraron muerta en el pozo ciego de su casa en Temperley, calificó el hecho como un "femicidio". Así se desprende de la acusación que el fiscal Héctor Toneguzzo impulsa contra el concubino de la víctima, Alberto Ponce, de 40 años, quien anoche permanecía detenido y hoy será indagado por el delito de "homicidio calificado", según lo establecido por el inciso 1º del artículo 80 del Código Penal.
De acuerdo con la reforma de ese artículo sancionada el año pasado, "se impondrá reclusión perpetua o prisión perpetua" al que matare a "su ascendiente, descendiente, cónyuge, excónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia". Por su parte, Jorge Monastersky, abogado de Angelina Leiva, hermana de Susana, dijo que ellos acompañarán esa calificación legal porque, a su criterio, es la que corresponde. El letrado estuvo ayer por la mañana reunido con el fiscal Toneguzzo, ante quien solicitó formalmente ser parte en la causa como particular damnificado.
Monastersky dijo que la mujer murió el viernes a las 2, pocas horas antes de ser considerada desaparecida, por un "paro cardiorrespiratorio traumático", producto de una "compresión extrínseca del cuello", o sea estrangulada, de acuerdo con el certificado de defunción entregado anoche a la familia. "Me deja más tranquilo esta data de la muerte, porque si se hubiese comprobado que ésta era posterior a la denuncia por la desaparición, hubiese sido gravísimo, ya que no entendemos por qué la investigación se demoró tantos días en allanar el domicilio donde fue encontrado el cadáver", dijo.
Monastersky señaló que el fiscal también quiere aclarar la situación respecto de unas marcas en los brazos que presentaba Ponce al momento de hacer la denuncia, la cual, "aparentemente no fue informada correctamente por la Policía". El abogado también indicó que el fiscal le dijo que "hay un acta que elaboró la Policía sobre una declaración espontánea que hizo Ponce cuando los trasladaron a Lomas de Zamora y en la que habría dicho: 'No quise llegar hasta este punto'", aunque aclaró que él no tuvo acceso a dichas actuaciones.
"Extremadamente celoso"
La madre de Ponce aseguró a la prensa que su hijo "era extremadamente celoso", aunque dijo que nunca imaginó que fuera capaz de hacerle algo a su mujer. Además reveló que Ponce no se llevaba bien con el hijo de 10 años de Susana (fruto de una relación anterior) y que días previos a la desaparición de la víctima ambos habían discutido por el trato que le daban al bebé de ambos, de 18 meses.
El hecho comenzó a investigarse el sábado, cuando Ponce denunció ante la Policía la desaparición de su concubina de su casa situada en Blanco Encalada 245, Temperley. A partir de entonces comenzó la búsqueda de Susana, que trabajaba como empleada doméstica en una casa de Capital Federal, aunque su familia sospechó desde el inicio que la desaparición podía relacionarse con su situación sentimental. En ese sentido, las hermanas de Susana contaron que Ponce, quien se desempeñaba como encargado de un edificio de La Recoleta, era "celoso" y ejercía "violencia y maltrato psicológico".
El miércoles por la mañana la Policía allanó la casa de la pareja y mediante perros adiestrados en rastros encontró el cadáver de la mujer en el pozo ciego del baño. Al momento del hallazgo Ponce no se hallaba en la vivienda, por lo que comenzó a ser buscado por los investigadores, hasta que a la tarde fue apresado en el barrio de Constitución con una pequeña cantidad de cocaína y 4.000 pesos en efectivo en su poder.