Jueves 25 de Julio de 2013
Susana Leiva (38) había desaparecido cinco días atrás. La hallaron en el pozo de su vivienda con signos de ahorcamiento. La familia sospechaba del esposo.
Una mujer que estaba desaparecida desde hacía cinco días fue encontrada ayer muerta con signos de haber sido ahorcada en el pozo ciego de su vivienda en la localidad bonaerense de Temperley, y un poco después la Policía atrapó, casi de casualidad, a su marido, sospechado por la familia de la víctima por el crimen.
El cadáver de Susana Beatriz Leiva, una empleada doméstica de 38 años, fue encontrado ayer al en una casa de la calle Blanco Encalada 245, de Temperley, donde vivía con su marido, su bebé de un año y medio y un hijo de 10 años -fruto de una pareja anterior-.
Un perro de la Policía Bonaerense olfateó los restos de la mujer en el pozo ciego de la vivienda y alertó a los expertos que retiraron el cuerpo y lo enviaron a la Morgue para ser sometido a una autopsia.
Fuentes policiales confirmaron que la víctima presentaba signos de ahorcamiento, pero se estaba intentado determinar si el homicidio fue concretado en la misma mañana del viernes cuando, supuestamente, se había ido a trabajar sin dejar rastro.
Sospechas y aprehensión
La hermana de la víctima, Angelina Leiva, expresó sus sospechas sobre su cuñado, ya que no fue encontrado por los policías en la casa familiar, ni en otros sitios que solía frecuentar.
Ahora, el marido de la mujer está preso a disposición de la Unidad Funcional de Investigaciones 3 de Lomas de Zamora y será interrogado en las próximas horas. El hombre, Alberto Ponce, es un encargado de edificio que había dado entrevistas en los últimos días contando la desaparición de su esposa desde el viernes pasado, cuando la mujer debía ir a trabajar a Recoleta y se despidió de él.
Pero la mujer nunca llegó a destino y Ponce explicó a la prensa cómo se había ido aquel día mientras él se quedaba en la casa, sin ir a trabajar, porque "le dolía la espalda" y haciendo hincapié en que su esposa "ya iba a aparecer".
El hombre también explicaba que él no podía "moverse mucho" para buscar a su mujer porque no tenía con quien dejar al bebé que tenía con Susana Leiva.
El hombre no estaba en su casa ayer por la mañana, había dejado al bebé allí y su madre terminó quebrándose ante los periodistas convocados allí a la espera de una noticia sobre Susana Leiva: "¿Dónde está mi hijo? Eso es lo que quisiera saber yo... Me llama la atención que dejó al bebé solito".
Con ese escenario, los familiares de Leiva denunciaron la conducta de Ponce, hablaron de "maltrato" y "discusiones constantes" y un excesivo control por parte del marido que "no la dejaba hablar con nadie".
También criticaron la actuación judicial al señalar que no habían actuado sobre el sujeto en función de esas sospechas.
"Pedíamos que la detengan"
"El era muy celoso", dijo la hermana de la víctima al canal televisivo C5N y hasta confió: "Nosotros pedíamos que lo detengan pero (los policías) decían que no podían hacer nada sin la orden de la Fiscalía".
La hermana de la víctima dijo que Ponce ni se había molestado en "ir a hacer la denuncia" de la desaparición de su esposa a la Policía así como tampoco "salió a buscarla" por hospitales y comisaría y añadió: "En la Brigada nos decían que era él (el homicida), que tenía un arañón, y que estaba ‘enterrado’, pero también nos decían que sin la orden de la Fiscalía no podían hacer nada".
Mientras los policías retiraban el cuerpo del pozo ciego y los canales de televisión difundían la imagen de Ponce, agentes de la Policía Federal arrestaron en el barrio de Constitución al sospechoso casi por casualidad.
Fuentes policiales contaron que un hombre fue atrapado en la esquina de la avenida Pavón y Salta, cuando se lo vio en actitud sospechosa y, al revisarlo, tenía una pequeña dosis de droga. Se procedió a identificarlo, se lo llevó a la comisaría 16 y fue entonces cuando se dieron cuenta de que era Alberto Ponce, el hombre que estaba siendo buscado por el crimen de su esposa.