El equipo parisino ganó con dos goles de Mbappé al Reims, pero los toda la jornada giró alrededor de la figura de Messi que debutó a los 21 minutos del segundo tiempo.
DESDE REIMS.- El 29 de agosto del 2021 quedará grabado como el debut de Lionel Messi en París Saint-Germain. El equipo parisino ganó con dos goles de Mbappé al Reims, pero los flashes estuvieron toda la jornada girando alrededor de la camiseta 30 del argentino. Los cinco puntos que hicieron de este suceso una jornada especial y cómo se vivió el primer brindis del argentino en la ciudad del champagne…
EL INGRESO DE MESSI. A los veintiún minutos del segundo tiempo, el Auguste Deleaune vivió el momento histórico. Eran la 22.10 cuando ingresó Messi por su amigo Neymar. “Oh la…Oh la… Leó… Leó”, se escuchaba desde la “esquina parisina” mientras todo el estadio aplaudía el ingreso de Leo. La primera pelota fue un robo en campo propio y se volvió a sentir “Oh la… Oh la … Leó … Leó”. En el juego lo más destacado fue buscarse con Mbappé en reiteradas ocasiones. Finalizado el partido, la foto que se sacó con el hijo del arquero del Reims: es que a Predrag Rajkovic le acercaron su niño a los brazos y fue hasta mitad del campo para ponerlo en los de Leo para una foto. Abrazo, risas y admiración. Luego Messi junto a sus compañeros fue a saludar a los fanáticos del Saint-Germain y se retiró.
LA CIUDAD. Cincuenta minutos separan en tren París de Reims. La ciudad pintoresca testigo del debut de Messi en la liga francesa. El color se observó en las calles. A doscientos metros de la estación “Gare de Reims” está el Hotel Continental donde descansó el equipo capitalino antes del juego. Y desde las tres de la tarde hubo más de quinientos aficionados, solo para ver a Messi y sus compañeros subirse al autocar rumbo al “Stade Auguste Delaune” ubicado a un kilómetro. Sobresalían las camisetas del PSG y Messi.
LA SEGURIDAD. Triplicada desde el centro hasta el estadio, con policías controlando que todo transcurra con normalidad. El “Sanitaire Pass”, en francés, fue obligatorio mostrarlo para tomar un café en un bar, a doscientos metros del ingreso al estadio y en el último acceso para entrar al campo del Reims.
LOS HINCHAS. Veinticinco mil aficionados asistieron a la gran cita. Los mil ultras de París Saint-Germain que arribaron en bus desde la capital, se ubicaron en una esquina dividida y no pararon de alentar los noventa minutos del partido. Pero todos los espectadores vivieron ruidosamente la tarde-noche histórica. Desde la llegada de ambos conjuntos hasta la música que sonó desde dos horas antes del encuentro, afuera y dentro del estadio.
EL SHOWTIME. La ovación a Messi cuando lo nombraron en la lista antes de que arranque el partido fue de los cuatro costados. No importaba de qué camiseta. Todos se expresaron en un show previo digno de una final de Champions. Música a tono y fuegos artificiales para el ingreso de los protagonistas. Por primera vez en el año, el estadio recibió espectadores y fue al cien por ciento. Efecto Messi.