DESDE MAR DEL PLATA.- En un estadio que rememoró el colorido que pronto volveremos a vivir en el fútbol argentino con la vuelta del público visitante, River superó a un impreciso conjunto de Guillermo Barros Schelotto con Tevez a la cabeza, que no pudo tener el ingenio suficiente para vencer a Germán Lux.
 
Una noche ideal con un clima inmejorable en estadio, que no fue de las habituales noches frescas en el clásico en la ciudad balnearia predilecta principalmente por los porteños. La mitad del estadio mundialista José María Minella pintada de rojo y blanco, se llevó la primera alegría en el cruce de pretemporada, llegando mejor de lo que se pensaba con respecto a su histórico rival después de las especulaciones que generó el mercado de pases con numerosas caras nuevas para Boca.
 
Por un lado, Saracchi anulando a un siempre peligroso y veloz Cristian Pavón. El capitán Leonardo Ponzio se hizo dueño del mediocampo, agrandándose siempre en este tipo de encuentros. Pity Martínez, que arrastró la atención de la marca de la defensa xeneize, fue la figura eludiendo hasta los jueces asistentes. Y un Borré contundente en la jugada más clara del partido, fueron los argumentos de la victoria Millonaria.
 
Y por el otro, un equipo Xeneize al que le pesaron las ausencias. Sin  los colombianos Cardona, Barrios ni Fabra, le costó rearmarse. Boca fue dependiente del momento futbolístico de Carlos Tevez que le falta estar a tope, y se escudó en la actitud de Nahitan Nández que fue lo mejor del conjunto de Guillermo en los tres partidos amistosos.   
 
Si bien fue un partido de preparación para los grandes objetivos en los que coinciden ambas parcialidades (Superliga, Supercopa y Copa Libertadores), el choque en el verano permite arrancar el año de manera diferente, de cara al debut oficial en este 2018. "Jugar un clásico siempre tiene un sabor especial y sirve para la confianza", reconoció Marcelo Gallardo con la tranquilidad de salir victorioso.
 
Boca tendrá la oportunidad de despejar las dudas frente a Colón en La Bombonera, tratando de hacer pesar la localía y su condición de líder del fútbol argentino acumulando más de 400 días en esa posición. Mientras que River tratará de achicar la distancia visitando a Huracán en el Tomás Adolfo Ducó.
 
"Es el rival de toda la vida y se generan muchas sensaciones por dentro. No queremos perder nunca. Si bien no era un partido significativo, siempre está en juego el honor", destacó el entrenador Millonario.

La banda golpeó primero, y el segundo y más importante round se verá en marzo, por la final de la Supercopa en Córdoba, siendo nada más ni nada menos la segunda vez en la historia que definirá un torneo oficial entre los dos gigantes del fútbol vernáculo.