Sábado 6 de Julio de 2013
El festival de cine internacional que se realiza en la República Checa llego a su edición 48. Compiten la argentina "Marea Baja" y la chilena "Las cosas como son".
El cine latinoamericano entró en competencia en la sección Forum of the Independents del 48º Festival Internacional de Karlovy Vary, que se lleva a cabo hasta hoy en esta ciudad de la República Checa, con la presentación de "Marea Baja", del argentino Paulo Pécora, y de "Las cosas como son", del chileno Fernando Lavanderos.
A pesar de poseer estilos y temáticas diferentes, ambos filmes fueron muy bien recibidos por el público del festival que asistió a las funciones de esta sección competitiva, que reúne obras de distintas latitudes cuyas características comunes son haber sido rodadas con bajo presupuesto y poseer cierto riesgo estético o autoral.
Ambas producciones compiten por el premio Cámara Independiente que se hará público hoy durante la ceremonia de clausura del festival, que tendrá lugar en la sala Velký del Hotel Thermal de esta ciudad, con la entrega del Globo de Cristal a la trayectoria al cineasta estadounidense Oliver Stone, además de los premios de la sección oficial.
En el Foro de los Independientes, donde concursan 12 producciones de todo el mundo que la organización del festival considera lo suficientemente desligadas de la industria cinematográfica, también fue exhibida la gallega "El triste olor de la carne", dirigida por el chileno Cristóbal Arteaga Rozas, sobre un drama social actual como es el de los que están siendo desalojados de sus hogares en España.
La argentina "Marea Baja", en tanto, es una oscura historia policial ambientada en el inhóspito delta del río Paraná, donde un criminal, interpretado por Germán de Silva ("Las Acacias", "Los dueños"), hace un alto en su huida hacia Uruguay y establece una extraña relación con dos mujeres que lo alojan en una vieja casona. Con rasgos propios del cine policial negro, la película –que cuenta con actuaciones de Susana Varela y Mónica Lairana- envuelve al espectador en un clima de tensión creciente y una atmósfera asfixiante, mientras el protagonista busca en la selva un botín escondido y presiente la llegada de sus perseguidores, que lo buscan para reclamarle el dinero de un atraco.
La película argentina tuvo su estreno internacional en Karlovy Vary, donde también se presentó "Las cosas como son", del chileno Fernando Lavanderos, que dibuja la relación entre dos personajes opuestos: Jerónimo, un treintañero hosco y de trato difícil, y Sanna, su inquilina noruega, que llega a Chile en el marco de un proyecto de colaboración internacional.
El filme, que viene de ganar el premio a la mejor película latinoamericana del último Festival de Mar del Plata, aborda el drama de estos jóvenes, que se desencadena con la aparición de un tercer personaje, un adolescente proveniente de ambientes marginales que Sanna lleva a vivir a la casa para rescatarlo de su condición social.
En relación a los dos niveles que posee el filme -el personal y el social-, Lavanderos afirmó después de la proyección que su intención era que la película tuviera dos lecturas posibles: "Por un lado es una historia bastante íntima de los personajes. Se cuenta todo a través de Jerónimo, que es clase acomodada, pero al mismo tiempo es bastante solitario, un poco paranoico e inseguro".
"Y por otro lado aparece el drama social, que está un poco más abajo pero va apareciendo poco a poco y empieza a tomar protagonismo, con la llegada a la casa de un niño de clase social baja. Esas son las dos capas que conviven en el filme", añadió.
En ese sentido, la casa de Jerónimo sería una proyección del Chile actual, con sus tensiones de clase y la crisis de confianza, y donde la noruega Sanna (interpretada por la encantadora Ragni Orsal Skogsrod) cumpliría el papel de elemento externo que, ingenuamente y con buenas intenciones, intenta unir ambos espacios e invitarlos a la autorreflexión.
